
Es poco probable que los precios del petróleo suban drásticamente y de manera sostenida, ha asegurado la Agencia Internacional de Energía (AIE). Todo ello a pesar de que se espera que las vacunas impulsen la demanda a finales de este año. De este modo, aunque el petróleo puede alcanzar picos de precios elevados, estos no se sostendrán en el tiempo.
"El fuerte repunte del petróleo que ha llevado el barril a tocar los 70 dólares ha llevado a hablar de un nuevo superciclo y un inminente déficit de suministro. Nuestros datos y análisis sugieren lo contrario", según revela la AIE en su informe mensual.
"Para empezar, los inventarios de petróleo todavía parecen amplios en comparación con los niveles históricos a pesar de una disminución constante. Además del colchón de existencias, se ha acumulado una gran cantidad de capacidad de producción excedente como resultado de las restricciones de oferta de la OPEP +", sentencia el informe.
Los futuros de petróleo Brent caen más de un 1% y llevan al barril de este tipo de crudo, de referencia en Europa, a perder los 68 dólares. Por su parte, el Texas cae un 0,9% hasta los 64,2 dólares el barril.
Pese a todo, las materias primas son un mundo muy amplio, que va desde el petróleo hasta los alimentos frescos o los metales. Por ello, aunque el superciclo para el petróleo parece casi descartado, el resto de materias primas sí presentan unos fundamentales que podrían llevar a sus precios a niveles altos de una forma sostenida.
Por el lado de la oferta, la AIE constata que el margen de para producir petróleo (con toda la maquinaria funcionando al máximo de su capacidad) es de 9 millones de barriles diarios, lo que ofrece un colchón "confortable" para los próximos años.
No obstante, la AIE se muestra algo optimista por el lado del consumo. La demanda global de petróleo va a recuperarse en los próximos años, después del choque histórico de 2020 y, a menos que haya una acción mucho más consecuente frente al cambio climático, hasta 2026 crecerá un 4,4% respecto al nivel de 2019, antes de que estallara la crisis.
Su informe de previsiones de medio plazo presentado este martes explica que tras el hundimiento del consumo del pasado año en 8,7 millones de barriles diarios (a 91 millones), el incremento en los seis años siguientes será en total de 13,1 millones de barriles diarios.
Habrá que esperar a 2023 para alcanzar un nuevo pico de consumo superior a los 99,7 millones de barriles de 2019, pero en los años siguientes continuará el ascenso.
Asia se lleva el 90% del aumento
Más del 90% de la subida hasta 2026 procederá de China, India y otros países asiáticos, lo que contrasta con la evolución bajista en los países desarrollados que pertenecen a la OCDE, que, pese a la recuperación a partir de 2021, se mantendrán netamente por debajo de los 47,7 millones de barriles diarios que absorbieron en 2019.
Por tipos de combustibles, los autores del informe creen que no se volverá a consumir en el mundo tanga gasolina como en 2019 porque el impacto de la recuperación económica en el tráfico de coches se verá más que compensado con la transición hacia los vehículos eléctricos y otros cambios en los hábitos de consumo.
Sí que subirá la demanda de diésel, el principal carburante utilizado por los camiones, pero a un ritmo lento. En cuanto a los combustibles para la aviación -el sector más afectado por la pandemia de coronavirus- no volverán al nivel de 2019 hasta 2024. El recorte de los viajes de empresa y las vídeoconferencias son tendencias que van a perdurar más allá de la crisis.
La otra cara de la moneda es la industria petroquímica, que se ha visto muy poco afectada por la crisis sanitaria y captará un 70% del alza de la demanda petrolera hasta 2026.
El clima y las políticas
La AIE advierte de que con las políticas actuales de lucha contra el cambio climático el impacto para el consumo de petróleo en los próximos seis años será "marginal".
En 2025 el mundo absorberá 3,5 millones de barriles diarios más que en 2019 cuando para alcanzar la neutralidad de carbono para 2070 habría que reducir la demanda en ese periodo en 3 millones, y todavía más si se quisiera lograr en 2050, que es el horizonte de los compromisos internacionales.
El director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol, subraya que conseguir una transición ordenada para salir del petróleo es esencial para cumplir con los objetivos climáticos, pero eso necesita "grandes cambios en las políticas de los gobiernos y cambios acelerados en los comportamientos".
Birol insiste en que para conseguir que el pico histórico en el consumo de crudo llegue cuanto antes "se necesita inmediatamente una acción significativa" de mejora de la eficiencia de los combustibles, un impulso de las ventas de vehículos eléctricos y una disminución del uso de petróleo para producir electricidad.