
En el peor momento de la pandemia, entre los meses de marzo y mayo (aunque también momentos posteriores), cuando las personas tenían restringidos gran parte de los movimientos, y solo estaban abiertos los servicios esenciales, Internet y las telecomunicaciones se convirtieron para muchos en la única vía para poder trabajar, para poder informarse, para comunicarse y, por descontado, para poder entretenerse.
Es por eso que el sector de las telecos no ha sufrido tanto como otros ni en bolsa ni en beneficios. No obstante, sí que han pasado cierta factura los menores contratos B2B -para empresas- y la creciente competencia que hay en cada uno de los mercados (aunque esto venía de antes, especialmente en Europa, donde hay muchos más competidores que en Estados Unidos).
La fotografía es muy distinta si hablamos de Estados Unidos o de Europa. Al otro lado del Atlántico tan solo hay cuatro grandes operadores, que además son los dueños de los servicios de streaming y contenidos, por lo que son empresas muy distintas a las que encontramos en el Viejo Continente, mucho más atomizadas y con un poder de fijación de precios muy reducido por la amplísima competencia.
Todo esto, como es lógico, ha tenido un impacto en los beneficios de las compañías europeas. Desde que comenzó el año, el consenso de analistas que recoge FactSet ha reducido en un 20% sus expectativas de beneficio neto de las 30 compañías más grandes del sector en el Viejo Continente de cara a este año. Sin embargo, y pese a este claro deterioro, todavía este beneficio será superior al de 2019 en un 15%.
La salud de esta industria pasa ineludiblemente por una consolidación, pero mientras que esto llega, un buen termómetro de cómo serán esos movimientos corporativos y quiénes serán en este sentido vencedores y vencidos es lo que están cotizando en sus respectivas bolsas, ya que en los últimos meses y años ha habido grandes divergencias entre los mismos.
Desde el primero de enero, el sectorial europeo se ha dejado algo más de un 17%, siendo uno de los sectores más bajistas de esta área geográfica. Dentro de este conjunto de firmas, las que han copado los ascensos han sido las especializadas en infraestructuras, como Inwit, Cellnex e Iliad. Por el contrario, Telefónica, Proximus, Telecom Italia o BT se encuentran entre las más castigadas en 2020.

Desde Morgan Stanley creen que "definitivamente 2021 debería ser un buen año para las grandes telecos después de cinco años haciéndolo peor que el mercado. Deberían mejorar los precios, aunque todavía será difícil el negocio con empresas". "La crisis ha acelerado la digitalización y las iniciativas para recortar los gastos mientras que las bajas valoraciones actuales han traído de nuevo el ruido de las fusiones y adquisiciones al sector", añaden desde la entidad norteamericana.
Más allá de 2020, el consenso de analistas que recoge FactSet estima que el crecimiento de los beneficios del sector se alargará en los próximos años. Las ganancias conjuntas de las 30 firmas más grandes de esta industria aumentarán en un 11% de cara a 2021 y en otro 14% adicional al año siguiente. Y eso, pese a que han recortado las estimaciones en un 18% y un 14%, respectivamente desde enero.
Las mejores recomendaciones
De cara a invertir, hay que diferenciar muy bien los tipos de compañías que se encuentran en el sector. Principalmente hay dos: aquellas que son esencialmente gestoras y constructoras de infraestructuras de telecomunicaciones y los operadores tradicionales (dentro de los cuales también pueden tener una amplia cartera de infraestructuras), que pueden ser incumbentes (las firmas que más cuota de mercado tienen) y challengers (que son jugadores relativamente nuevos y ofrecen habitualmente servicios más low cost).
La mejor recomendación de todo el sector la recibe Deutsche Telekom, que además de ser líder en Alemania, es la propietaria de T-Mobile, que es una de las principales telecos de EEUU. Le siguen Hellenic Telecom, Vodafone, Inwit y Orange. Por contra, la finlandesa Elisa, Proximus y Swisscom reciben consejos de venta.
Con respecto a cómo se pagan sus beneficios, la media del sector roza las 30 veces PER (veces que el beneficio previsto se recoge en el precio de la acción), aunque va de las menos de 10 veces de Telefónica, BT u Orange a las 280 veces de Cellnex o las 50 de Inwit.