Bolsa, mercados y cotizaciones

Redes sociales y ocio digital pasan de la volatilidad a ser sectores defensivos

  • Estos sectores tecnológicos y la energía limpia se sitúan entre los más alcistas en 2020
  • El elevado uso y el bajo coste asemejan estos negocios a los servicios públicos
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La pandemia de coronavirus ha funcionado en el mercado como un acelerador de tendencias que ha servido para crear nuevos sectores defensivos. Digitales, verdes y conectadas, se trata de industrias que generan demanda inelástica, que prácticamente no varía en las crisis, como la de los servicios públicos clásicos, la atención sanitaria y las farmacéuticas o el consumo básico.

En la bolsa, la prueba de la condición defensiva de un sector es la resistencia de la volatilidad a aumentar en momentos de máxima tensión y la capacidad de ir en contra del resto del mercado, conservando la capacidad de repartir dividendos y matizando las pérdidas en los crash, como el visto desde febrero hasta mediados de marzo, o incluso evitándolas.

En esta crisis histórica, de origen sanitario, y que ha provocado un shock económico sin precedentes sin conocer todavía todas las consecuencias sociales, se ha destapado como ciertos sectores relacionados con la conectividad, el ocio en Internet, el comercio electrónico o la generación de energía limpia consiguen ya una estabilidad de sus negocios que los convierte en defensivos.

"Por lo general, se denominan acciones y sectores defensivos a aquellos que logran conservar su valor pese a las crisis económicas", resumen desde Capital Group, desde donde destacan que, aunque las compañías tecnológicas "resultaron gravemente afectadas por la burbuja puntocom de principios del siglo actual, se han posicionado entre las más resistentes durante la recesión causada por la Covid-19 a comienzos del presente año".

redes sociales sectores defensivos

Si se estudian los sectores recogidos en el índice MSCI World entre el 19 de febrero y el 23 de marzo, entre los que sufrieron menor volatilidad aparecen los servicios públicos clásicos (utilities principalmente) e inmediatamente después los relacionados con Internet, incluso por delante del consumo o la salud, según recogen en la gestora.

En este mismo periodo, en Europa, según los sectores del Stoxx 600, entre las industrias más resistentes al crash se situaron las relacionadas con el consumo básico, la salud y las telecos, pero apareció también la tecnología. Una irrupción que fue mucho más clara en Wall Street, con el Nasdaq 100 como paradigma.

"Las nuevas tecnologías podrían ser la clave, dado que tienen el potencial de acceder a amplios mercados potenciales e impulsar el crecimiento a largo plazo", inciden en Capital Group.

"Sin ir más lejos, los millennials miran su teléfono unas 150 veces al día y pasan unas 53 horas semanales navegando en Internet [Google es el mayor ejemplo]", continúan en la firma de inversión. "Uno de los motivos por los que esta generación está tan enganchada al mundo digital es que el ocio electrónico, como la retransmisión de vídeo en streaming [Netflix es el principal exponente], las redes sociales [Facebook es la compañía líder] y los videojuegos [Tencent o EA destacan en este nicho], ofrece al usuario un alto grado de interacción a un coste bajo; y, como consecuencia, la demanda de estos servicios podría acabar reflejando un comportamiento similar al de la demanda de los servicios públicos, a medida que crezca la adopción por parte de los usuarios", concluyen.

Otras temáticas que han reaccionado de forma similar son las que tienen que ver con nuevos negocios: comercio online (Amazon o Alibaba), software (Microsoft, Oracle, Nvidia o la filial Amazon Web Services) o energía verde (Tesla es el caso más relevante entre muchos otros) que sustituye a la generación sucia, imperante hasta ahora y que la pandemia ha acelerado. Todos estos segmentos se sitúan entre los más alcistas en 2020, con el Nasdaq acumulando ganancias del 45%.

La economía ha sufrido una transformación estructural que se refleja en bolsa

"Un atributo positivo de la pandemia es que ha centrado la atención en los factores ESG y la inversión responsable, un concepto que considera crucial a nivel de posicionamiento de cartera de cara al año que viene; Si uno invierte en empresas que no se adhieren a los principios de la ONU o al Acuerdo de París pasará apuros, porque a estas compañías les costará lograr capital", sostiene Suzanne Hutchins, gestora en Newton (BNY Mellon IM).

"Una lección que hemos extraído [en 2020] es que resulta útil comprender bien las tendencias a largo plazo: distinguir el ruido de la información útil nunca había sido tan difícil, ni tan crucial, y el enfoque más prudente consiste en entender el régimen económico actual, así como las tendencias estructurales, en lugar de extrapolar a partir de las últimas noticias", reflexiona, por su parte, Yves Bonzon, CIO del banco privado suizo Julius Baer.

Una posición clave ante un 2021 en el que podrían darse, de nuevo, picos de volatilidad. La última encuesta a inversores institucionales realizada por la gestora Natixis IM recoge que ocho de cada 10 de ellos afirman que los mercados han subestimado el impacto a largo plazo de la pandemia mundial.

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