
Una rentabilidad del 2,2% es escasa, pero si se echa la vista atrás, más aún en el sector del automóvil, es difícil que los Reyes Magos no traigan carbón y sí algo de oro para arrancar el año. CIE Automotive ha sido de los pocos fabricantes de automoción en Europa que mantuvo intacto el pago comprometido sobre los resultados de 2019 -que se abona en enero y julio- y que, con vistas a la retribución que se pagará sobre las cuentas de este año, el consenso espera que se reduzca en un 40%, básicamente, porque el beneficio caerá en la misma proporción. Consulte aquí El calendario de los próximos dividendos de la bolsa española
Los analistas estiman que CIE Automotive abone un total de 0,44 euros brutos por acción con cargo a 2020, frente a los 74 céntimos del año pasado, que alcanzan en conjunto una rentabilidad del 2,2%. El primero de esos pagos está previsto el próximo 7 de enero, por un total de 22 céntimos por título, que rentan poco más del 1% a los precios actuales. Para poder acceder al dividendo debe tener acciones de la compañía antes del próximo 5 de enero, día en que las acciones cotizarán ya ex derechos. El pago previsto para julio será también del mismo importe, 0,22 euros.
Detrás de la baja rentabilidad de sus pagos no está solo la cuantía de los mismos. También el rally protagonizado por las bolsas en noviembre, que ha hecho que el sector automovilístico en Europa haya conseguido ponerse en positivo en 2020. CIE Automotive recupera un 25% desde entonces y ha doblado su precio en bolsa desde los mínimos de marzo, cuando se desplomó hasta los 10,18 euros por acción. La compañía está a un paso de borrar las pérdidas anuales, que ya solo son del 2,5%. Y con tanta subida, el bajista Marshall Wace ha aumentado a máximos de la pandemia su posición en corto sobre el capital del fabricante, hasta el 0,8%. Es el único inversor bajista conocido públicamente, ya que solo se relevan porcentajes superiores al 0,5%.
2020, un año negro para todos los sectores, pero de manera particular para el mundo de la automoción (que ya venía castigado de antes de la pandemia), provocará, según los analistas, una caída del 45% en el beneficio neto de CIE Automotive, hasta los 157 millones de euros previstos, frente a 287 millones que logró en 2019. Ese año cumplió los objetivos del plan estratégico 2016-2020 que tenía en vigor y el mercado espera que, una vez pase la tormenta, la compañía actualice su hoja de ruta de cara a los próximos años. En todo caso, el compromiso con el dividendo se mantiene. En 2019, CIE Automotive distribuyó un 32,7% de sus ganancias entre sus accionistas, con un total de 93,9 millones de euros. De cumplirse las estimaciones, en 2020 esta cifra rozará los 54 millones de euros, que representan un payout del 34%, teniendo en cuenta la amortización de acciones de la semana pasada, que no deja de ser otra manera de retribuir.
CIE alcanzó el 5% de autocartera, dentro de su programa de recompra, y decidió amortizar 6,45 millones de acciones, lo que aumenta el peso de cada accionista en el capital. Es el caso del holding de la familia Riberas -propietarios de Gestamp- que superan ya el 15,6%.