Viscofan es una de esas historias que se cuentan solas. Nacida en Navarra en 1975 y cotizada a partir del 86, son 45 años de historia de una compañía que ha conjugado el crecimiento orgánico con el inorgánico para convertirse en el líder indiscutible de los envoltorios para productos cárnicos del mundo.
De Viscofan siempre se ha dicho que sería la compañía perfecta en la que invertiría Warren Buffett: líder del sector, familiar y bien gestionada. Y el Oráculo de Omaha no se habría equivocado al hacerlo, ya que desde 1990, momento en el que se empieza a calcular el Ibex 35 (aunque nació en 1992) del que Viscofan es parte de su composición inicial, sus títulos han dado una rentabilidad de casi el 690%, lo que anualizado supone un rendimiento del 7% al año durante 30 ejercicios.
Por esto la empresa presidida y dirigida por José Domingo Ampuero se ha llevado el premio honorífico elEconomista a la creación de valor. No obstante, este premio no solo reconoce el pasado sino que también habla bien del presente y futuro de la compañía. De hecho, en un año tan complicado como el actual, Viscofan ha sido uno de los valores que mejor han resistido la crisis, rebotando cerca de un 15% desde el principio de enero frente a los 30 puntos que ha perdido el Ibex 35 en el periodo.
Al encontrarse ligado al sector alimentario, que ha sido uno de los que mejor se han comportado durante la pandemia, Viscofan ha hecho honor a su marcado carácter defensivo. "En momentos complicados sufre menos que el mercado y, además, cuando el mercado va bien, no es una empresa que funcione peor, con lo cual es un valor perfecto para aquellos que tengan cierta aversión al riesgo, al no sufrir muchos vaivenes", explica Félix González, gestor de Capitalia Familiar.
En Viscofan se da una dicotomía entre las buenas palabras de los gestores (y su evolución en bolsa) y la mala recomendación que recibe por parte del consenso de analistas, en gran parte por su buena evolución en bolsa. Es más, la navarra se sitúa en el último puesto de La Liga Ibex de elEconomista que se calcula combinando los consejos de FactSet y Bloomberg. Sin embargo, los números y los expertos hablan, y muy bien, de la compañía presidida por Ampuero.

Una de las fortalezas es su diversificación geográfica, como explica el propio presidente, "con presencia productiva en 18 países y ventas en 100". "Y eso sin perder el ADN de pequeña empresa industrial del norte", matizó Ampuero en su agradecimiento por el premio. En Europa facturaron el 47,7% de sus ingresos del año pasado, mientras que Norteamérica representó un 25,4%, España un 14,9% y Sudamérica un 12,5%.
El otro pilar en el que se sostiene la entereza de Viscofan es que ha conseguido innovar y ser la punta de lanza tecnológica del sector, "gracias a la fuerte apuesta por la inversión en I+D que también ha permitido una diversificación importante por productos", añade Ampuero. Hay que recordar que produce envoltorios con las cuatro tecnologías (fibrosa, celulosa, colágeno y plástico). Beatriz Rodríguez, analista de GVC, destaca que "no solo es la única compañía capaz de fabricar todas las tecnologías dentro del mundo de las envolturas a medida, sino que ha sido capaz de desarrollar una nueva y única envoltura vegetal comestible, que va a permitir ampliar su rango de productos y satisfacer las actuales demandas del mercado".
El problema en el que radica su mala recomendación es precisamente que cotiza a múltiplos muy exigentes, según apuntan los analistas. Desde Renta 4, señalan que "su cotización ya recoge las favorables perspectivas y elevada visibilidad del negocio", por lo que recomiendan mantener las acciones en cartera. Por su parte, los expertos de Banco Sabadell, que aconsejan vender, creen que "tras la favorable evolución en el año, ya cotiza en línea con su media histórica por Ev/ebitda y con una prima del 60% respecto a Devro [su principal competencia], por lo que ya recoge las excelentes perspectivas del negocio, así como el limitado riesgo de caída".
Valor para el bolsillo
El premio otorgado por la revista Inversión a Fondo no se limita a la buena evolución de los títulos de Viscofan a lo largo de su historia, sino que también a lo que han aportado al bolsillo de sus accionistas, a través de su política de retribución. Es cierto que nunca ha sido una empresa que destaque en este aspecto pero sí ha mantenido una estabilidad en sus pagos sin poner en riesgo ni el crecimiento ni las inversiones. Así, pasó de repartir 12 céntimos de euro (al cambio) en 1990 a 41 en 2010 y de ahí a los 1,08 euros de 2015 y los 1,76 que se espera que reparta a cargo de las cuentas de 2021. Ese pago, de oficializarse, ofrece una rentabilidad a precios actuales del 3,2%.
Este incremento constante no sería posible, lógicamente, si no hubiera habido de forma paralela un aumento sostenido de los beneficios empresariales. Cuando entró a formar parte de la primera composición del Ibex 35, tuvo unas ganancias de 18 millones de euros. Ha sido a comienzos de esta ultima década cuando consiguió superar los 100 millones. De cara a 2021, el consenso de analistas que recoge FactSet calcula que conseguirá 122 millones de euros.
Y esto, sostenido por la otra gran pata de Viscofan, que es su saneado balance. Pese a lo crudo de esta crisis, la cual ha elevado drásticamente los endeudamientos de muchas compañías, la navarra ha seguido rebajando su deuda neta, que cerrará en 40 millones este ejercicio, lo que supone un apalancamiento de 0,2 veces su ebitda. Para el año que viene, los analistas incluso esperan que tenga una posición de caja positiva de 8 millones.