
Todo lo que escuchamos es una opinión, no un hecho. Todo lo que vemos es una perspectiva, no la verdad. Todo lo que conseguimos, sencillamente, nuestra historia.
Cuando nos convertimos en el primer medio de comunicación en España que asesora un producto de inversión lo hicimos con el objetivo de que se pudieran testar y demostrar que funcionan las ideas de inversión que presentamos a nuestros lectores. El resultado es que en el peor contexto de inversión posible, arrancando con la Guerra Comercial entre EEUU y China y socavados por la mayor pandemia que han conocido los mercados, en dos años nos dejamos un 11,43%. Dos años en los que nos equiparamos con nuestro Tressis Cartera Eco30 a Bestinver y superamos a todas las firmas de valor que tanto admiramos de nuestro país (AzValor, Magallanes, Horos y Cobas), al tiempo que nos quedamos en una posición intermedia dentro de los fondos de gran capitalización estilo valor que analiza Morningstar.
Es nuestra historia. Una historia que forma parte del proyecto intelectual que es elEconomista, que lleva quince años tratando de influir en la sociedad con lo que publicamos. Este es el compromiso que nos obliga a explicar cómo tomamos las decisiones del Eco30. En la última revisión de la cartera, entre el mes de mayo y junio, partimos la estructura de los valores en dos grupos. El primero estaba compuesto por las compañías cuyo negocio se resentiría poco por el Covid, incluso podría llegar a beneficiarse. Dentro de este grupo incluimos a Marvell Technology, Lennar, Nintendo, Quanta Services, Deutsche Post, Enel, Murata, Samsung, Sanofi, SS&C Technology, Atos, Encompass Health, Engie, Hitachi y Manulife. El grupo de la seguridad ofrece un potencial medio del 15% a la cartera del Eco30.
El segundo grupo estaría formado por las compañías que van a sufrir con el Covid y en las que valoramos si el castigo sufrido es excesivo y hay que mantenerlas porque constituyen una oportunidad de reconstrucción de su valoración. En esta mitad estarían BAT, Nutrien, Volkswagen, Glencore, Arcelor, Manulife, AXA, Anheuser-Busch InBev, Total, Unicredit, Leonardo, Parsley, Marathon Petroleum, Airbus y Royal Caribbean. El potencial de la parte de cartera destrozada es del 35%.