
2020 ha sido un año crucial para la inversión responsable. Los fondos ASG (aquellos que invierten en base a criterios ambientales, sociales y de gobernanza) han obtenido, de media, mejores retornos que los tradicionales, y los índices bursátiles sostenibles también han batido, en promedio, a los convencionales.
Pero, por ahora, y pese a ese mejor comportamiento de los índices ASG, la sostenibilidad sigue gestionándose de forma activa en las carteras. A nivel mundial, los fondos sostenibles pasivos representan solo el 12% del universo de fondos sostenibles, mientras que, en lo que respecta a los productos tradicionales, los pasivos aglutinan ya el 24% del mercado global. Así lo explica Sara Silano, editora jefe de Morningstar Italia y especialista en inversiones ASG, en un artículo publicado en la web de este proveedor de datos. Para Silano, esto implica que "hay mucho espacio para el crecimiento" en este tipo de activos.
Si centramos el foco en España, ese porcentaje de pasivos se reduce considerablemente. De los fondos a la venta en este país, en euros, 553 son responsables (es decir, declaran en su folleto que siguen criterios ASG y, además, reciben un rating de sostenibilidad de Morningstar superior a la media). Y de esos 553, solo 15 (es decir, un 2,7%) están pegados a un índice.
Europa domina este mercado
El Viejo Continente tiene el control, al menos por ahora, del mercado de fondos sostenibles pasivos. Según el informe Passive Sustainable Funds: The Global Landscape 2020 de Morningstar, más de la mitad de todos los fondos sostenibles pasivos están domiciliados en la región. "Estados Unidos siempre ha sido reacio a adoptar el concepto de inversión sostenible, aunque esto parece estar cambiando", señala Sara Silano, que añade que "los gigantes de la inversión pasiva como BlackRock ya han colocado públicamente la sostenibilidad como un objetivo clave".