Bolsa, mercados y cotizaciones

El peligro de un gobierno pegado a la barra libre del BCE

  • El BCE sigue siendo el gran comprador de deuda española...
  • ...pero, ¿qué ocurrirá cuando deje de intervenir en el mercado?
  • Es vital que el Gobierno invierta adecuadamente los fondos europeos
La deuda pública española alcanza máximos nunca vistos
Madridicon-related

La crisis del coronavirus ha desembocado en un nuevo récord en los niveles de deuda pública en España y todo parece indicar que los 1,29 billones de euros que ya deja a deber la Administración son solo un peldaño intermedio en la escalada que va a continuar en los próximos meses.

El aumento del gasto público en una recesión como la que ha llegado era inevitable y las instituciones europeas han salido en auxilio de los países más vulnerables de la Unión con un programa que ayudará a aliviar este incremento del gasto y la caída en la recaudación.

La mayor parte de estos 140.000 millones de euros que recibirá España están sujetos a condiciones, por lo que el Gobierno tendrá las manos atadas a la hora de tomar ciertas decisiones, como la derogación de la reforma laboral del Partido Popular o la implementación de algunos nuevos impuestos. Este tipo de medidas tendrán que someterse al arbitraje de Bruselas y parece muy complicado que puedan salir adelante.

La tranquilidad en la que está asentada la prima de riesgo española se debe a la barra libre del BCE

Sin embargo, el Ejecutivo no dispone exclusivamente del dinero de Bruselas: el Banco Central Europeo (BCE) sigue siendo el gran financiador de los gobiernos de la Zona Euro y sus fondos pueden seguir contribuyendo a inflar un gasto público en España para el que, al menos por ahora, no hay un plan a medio plazo para desinflarlo.

La tranquilidad en la que está asentada la prima de riesgo española, a pesar de la crisis y de los desajustes económicos que existen (la tasa de paro, la deuda y el gasto público, el castigo al sector turístico por la pandemia, la destrucción del tejido empresarial...) se explica en gran parte por la barra libre del BCE.

La tranquilidad de la prima de riesgo se explica en gran parte por la 'barra libre' del BCE

El organismo tiene 280.000 millones de euros en deuda española que ha comprado en los últimos años con sus programas para intentar estimular la inflación, y ahora, por la crisis del coronavirus, ha lanzado un nuevo paquete con el que ha comprado casi otros 50.000 millones de euros en deuda española en solo cuatro meses.

El fin de estas compras está condicionado a que finalice la crisis del Covid-19 y suponiendo que acabase en junio de 2021, a este ritmo el BCE habrá comprado más de 170.000 millones de euros en deuda española. El problema es que, a largo plazo, este remedio puede terminar siendo peor que la enfermedad.

Buena deuda, mala deuda

Esta misma semana ha reaparecido el expresidente del BCE, Mario Draghi, y ha dejado un mensaje que convendría colgar en el hall principal de la Moncloa, o a la entrada del Congreso de los Diputados: "Durante años, una forma de egoísmo colectivo ha hecho que los gobiernos centren su atención y los recursos en iniciativas que garantizaban resultados políticos inmediatos. Hoy esto es ya inaceptable".

Un aumento desenfrenado de la deuda pública será problemático cuando pase lo peor de la crisis y llegue el momento de rendir cuentas con los mercados. No son pocos los analistas que, durante los últimos meses y ante las bajas rentabilidades y las caídas de las primas de riesgo de los bonos de los países más endeudados de la zona euro, han avisado de que esto es un espejismo a corto y medio plazo, y que cuando los mercados empiecen a valorar la sostenibilidad de la deuda de países como Italia y España, otro gallo cantará y las rentabilidades se dispararán en estos países.

Draghi contempla esta posibilidad y está preocupado por el peso que se va cargar sobre los hombros de los más jóvenes de la Zona Euro. Si la deuda no se orienta a un gasto productivo, la probabilidad de que se malgaste es alta y el italiano distingue entre "deuda buena"y "deuda", a secas, que será perjudicial en el largo plazo. Para él, es calve ahora que el dinero se destine a fines productivos y no se malgaste.

Una de las preocupaciones que tiene es que, sin las medidas políticas adecuadas, como la mejora de formación de los desempleados para que dispongan de mejores herramientas para el mundo laboral una vez empiece la recuperación tras la pandemia, los fondos que se repartan y la deuda que se asuma sean malgastados.

Al final, más deuda pública supone un incremento en el pago de intereses en el futuro que afectará a la economía de todo un país y también se corre el riesgo de que haya mayores turbulencias con el paso de los años.

Así, Sánchez tiene por delante el reto de decidir con buen juicio dónde irán los fondos europeos, ya que llegará el día en el que estos no estarán. Por lo pronto, cuando el coronavirus deje de ser un problema, el BCE reducirá enormemente sus compras y España deberá haber aprovechado esos fondos.

Si el Gobierno no toma las medidas adecuadas y malgasta la barra libre del BCE, empeorando la situación económica de España y disparando el gasto público, la sostenibilidad de la deuda se pondrá en tela de juicio y serán los españoles quienes lo tengan que pagar.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky