
La próxima semana el Banco Central Europeo (BCE) tiene planificada su reunión oficial, la primera en la que el organismo tendrá unas previsiones macroeconómicas actualizadas con las que podrá comunicar, ya con algo más de perspectiva, sus cálculos para el PIB y la inflación de cara a los próximos años.
Una de las claves de esta reunión, al margen del cuadro macro, será conocer si el organismo aumenta el tamaño del Programa de Compras de Emergencia por Pandemia (PEPP, por sus siglas en inglés), diseñado inicialmente para que inyecte 750.000 millones de euros hasta final de año.
El problema es que, al ritmo que van las compras, de más de 100.000 millones de euros cada mes para estimular la economía, se habrán alcanzado los 750.000 millones en octubre, y el programa está pensado para durar, al menos, hasta 2021. Es por ello que muchos expertos ya esperan que el jueves el BCE reconfigure el tamaño y el tiempo que durará el PEPP, ampliando las compras de deuda. Desde ING están convencidos de que lo hará la próxima semana.
"Podrían esperar a septiembre, cuando tendrán una fotografía más clara de la recuperación económica, pero el hecho de que el programa llegaría a su límite en octubre al ritmo actual podría desembocar en turbulencias innecesarias por parte de los mercados financieros", explica el banco holandés, apuntando también a que el aumento total del programa será probablemente de 500.000 millones y una extensión hasta mediados de 2021.
Isabel Schnabel, del Consejo de Gobierno del BCE, indicó esta semana que el organismo "está preparado" para ajustar sus programas lo que sea necesario y dejó claro que "la clave serán las cifras de inflación esperada".
En este sentido, hay que recordar que en los últimos encuentros el BCE no ha actualizado su cuadro macro y ha evitado dar estimaciones sobre la inflación debido a la enorme incertidumbre que había en torno a este indicador. Si el indicador "se ha deteriorado", en palabras de Schnabel, no hay duda de que el BCE aumentará las compras de deuda.