Bolsa, mercados y cotizaciones

La bolsa presenta una oportunidad histórica para hacer aportaciones periódicas a su plan de pensiones

  • Tras grandes caídas, el MSCI siempre registra fuertes subidas
  • Los planes de pensiones se sacuden poco a poco su corte conservador
Imagen: Istock

Las alternativas para conseguir rentabilidad se reducen con el precio oficial del dinero anclado en el 0% desde hace años. El inversor se enfrenta a un escenario de glaciación en la renta fija, que deja a la renta variable como la única fuente de la que obtener rentabilidad a largo plazo.

Sobre todo cuando se trata del ahorro que se construye con miras a complementar la entredicha pensión pública, donde por definición se mantiene la inversión durante más años y el interés compuesto juega a favor del partícipe. La crisis sanitaria causada por la pandemia del coronavirus ha provocado, además, una corrección en mercado que permite entrar a un precio más atractivo que a comienzos de año, lo que lleva a algunos expertos a señalar que podría ser un buen momento para elevar el peso de la renta variable en las carteras de los partícipes más dispuestos a asumir riesgo.  

"El tener liquidez en momentos como el actual y poder aumentar la exposición en una cartera de renta variable nos va a permitir obtener mayor rentabilidad. El MSCI World siempre suele registrar fuertes subidas después de grandes caídas de bolsa o recesiones", explica Paula Satrústegui, socia de planificación financiera de Abante, que aclara que lo primero de todo sería realizar una planificación que nos ayude a entender qué rentabilidad debemos exigir a nuestras inversiones para cumplir los objetivos marcados.

"A menudo los planes de pensiones tienen menos exposición a bolsa de la deseable", explica Francisco Quintana, de ING

"Si la rentabilidad media de la bolsa suele superar la inflación en seis puntos, entrar en un momento bajo de mercado puede hacer que obtengamos algún punto extra de rentabilidad. Lo que pasa es que es dificil saber cuál es ese momento", añade. Satrústegui opina que lo peor que le podría ocurrir a un inversor es tener dinero para entrar, que el mercado se de la vuelta, tener miedo y que se salga. "Cogería la caída y no la recuperación", apunta.  

Josep Bayarri, director de inversión y análisis de Arquia Gestión, también estima que el actual es un buen momento para elevar el peso de la bolsa en la cartera. "Nosotros recomendamos tener una disciplina de aportaciones a planes de pensiones contantes, pero mantener una parte en inversiones de bajo riesgo en los momentos álgidos de la bolsa para poder aprovechar las correcciones y en ese momento trasladarlo a renta variable. Este sería uno de estos momentos para aumentar el riesgo en las carteras. Por ejemplo, un ahorrador que hiciera aportaciones a un plan de pensiones prudente tomaría una buena decisión trasladando esas posiciones a productos con más riesgo, como la renta variable", describe.  

Los planes de pensiones van sacudiéndose cada vez más su corte conservador, por la falta de rentabilidad en la renta fija. Pero aún así, "lo que vemos en planes de pensiones es que muy a menudo tienen menor exposición a renta variable de lo que sería deseable para alguien que a menudo ahorra durante décadas", valora Francisco Quintana, director de estrategia de inversión de ING. Según los datos recopilados por Inverco, hace siete años el peso de la renta variable en los planes de pensiones no llegaba al 20% (19,2%), y ahora supera el 30%. En concreto, a cierre de marzo el 32% de sus activos se encontraban invertidos en bolsa (4 puntos porcentuales menos que en diciembre). El grueso se encuentra en mercados internacionales (20%) y el resto (12,2%) en bolsa española.  

Sin embargo, el experto de ING estima que, si bien aumentar el peso de la renta variable incrementaría la rentabilidad, no debería hacerse a causa de las caídas. "La persona que aporta a un plan de pensiones-al igual que la que invierte en un fondo-debe preguntarse de cuánto tiempo dispone antes de necesitar el dinero y si es capaz de aguantar las fluctuaciones del mercado. Con esos dos parámetros debe decidir la composición de su cartera. Una corrección del mercado es sólo ruido en ese esquema", estima.  

El interés compuesto, a favor 

En cualquier caso, los planes de pensiones son el producto idóneo para beneficiarse de las bondades del interés compuesto, al que Albert Einstein se refirió como "la fuerza más poderosa del mundo", porque aúnan dos de sus principales palancas: acumulación de capital y tiempo -también los fondos de inversión-. "Su fuerza depende principalmente del exponente, del número de años en que la inversión se mantiene. Si hablamos de un periodo de 10 años, para duplicar la inversión necesitamos una rentabilidad constante del 7%, que es elevada pero no imposible", señala Bayarri, de Arquia. Sin embargo, dice, "las probabilidades aumentan si tenemos en cuenta que la fuerza del tipo de interés compuesto es más elevada en los primeros años que en los últimos, y después de las caídas que hemos sufrido será en estos años, los primeros de la década, donde probablemente se den las ganancias más importantes".  

Satrústegui pone un ejemplo concreto de cómo se multiplicaría el capital inicial. En ambos se parte de la misma premisa: se realiza una inversión inicial, de 50.000 euros, que se mantiene durante diez años. En el primer supuesto, la rentabilidad permanece estable en el 7%, y esos 50.000 euros se transformarían en 98.300 euros nominales una vez pasado dicho periodo de tiempo. Con una rentabilidad del 8%, la cifra sube hasta los 108.000 euros.  

En los últimos 40 años "las acciones mundiales han tenido una rentabilidad del 6,5% anual, sin incluir dividendos. No hacemos previsiones de futuro, pero es razonable esperar que esa rentabilidad caiga moderadamente debido al envejecimiento de la población, el incremento del ahorro a nivel mundial, los cambios tecnológicos y algunos otros factores", señala Francisco Quintana. Lo que no significa que no valga la pena invertir en bolsa en el futuro, ya que en términos relativos seguirá ofreciendo una ecuación riesgo atractiva. "Incluso si la rentabilidad de las acciones cayera a la mitad que en el pasado, en un contexto de inflación baja, con los depósitos bancarios al 0%, y toda la deuda soberana mundial de primera calidad por debajo del 1%, no existen muchas alternativas para los inversores. Las que existen-del tipo private equity-requerirían grandes inversiones iniciales e iliquidez", concluye el experto.

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