
Ni la gestión pasiva, más barata por sus menores comisiones, se libró de las retiradas de dinero que se produjeron en marzo a nivel mundial, a raíz de unas bolsas que caían a plomo, como también lo hacía el precio de muchos bonos anticipando el impacto que el Covid-19 tendría sobre el crecimiento de la economía.
Según datos de Morningstar, los inversores retiraron casi 26.000 millones de dólares (unos 24.000 millones de euros al cambio) de los fondos índice y ETFs a nivel mundial el mes pasado. Algo que no ha sido habitual en los últimos años, en los que la gestión pasiva no ha dejado de ganar cuota de mercado. Desde 2011, último dato disponible en Morningstar, solo ha es posible encontrar un mes más en el que el dinero ha huido de ella. Fue en agosto de 2013, y entonces salió la mitad de dinero que ahora.
Este tipo de productos suele replicar el comportamiento de los índices. De modo que, en momentos en los que todo cae, ellos también lo hacen y sus costes más bajos dejan de ser un aliciente. Pese a todo, la gestión pasiva sufrió menores retiradas que la activa en marzo en todo el mundo. Según estos mismos datos, los inversores retiraron más de 51.000 millones de dólares de los fondos activos el mes pasado, pese a que llevaba once meses consecutivos en los que lograba suscripciones netas.
Ese bache de la gestión pasiva en marzo no impide que su cuota de mercado sea cada vez más elevada, y que represente ya el 26,35% a nivel global, frente al 73,65% que supone la activa -cifras, por otra parte, que están muy alejadas de la realidad del mercado español, donde la de la pasiva es mucho menor-.
Salida masiva renta fija
El patrón que siguió el dinero en marzo en todo el mundo, con independencia de si se decantó por la gestión activa o pasiva, fue muy similar al que se produjo en España: fugas de una renta fija que en su mayoría dejó pérdidas en marzo y refugio en fondos monetarios, cuyo objetivo es preservar la liquidez y no tanto ganar dinero. Del primer tipo de productos salieron casi 500.000 millones de dólares según Morningstar, la mayor cantidad desde 2014, frente a las entradas de alrededor de 600.000 millones que se produjeron en los segundos.
Por detrás de los fondos que invierten en deuda, los que buscan oportunidades en renta variable fueron los segundos que más sufrieron, con la marcha de cerca de 54.500 millones de dólares, seguido de los fondos mixtos, de donde se fueron otros 79.300 millones de dólares.