La mayor restricción que se ha impuesto es a la movilidad de las personas, por lo que el sector turístico y el de los transportes han sido los que han sufrido un castigo mayor en el último mes. Dentro de esta industria se están viendo muy perjudicadas las aerolíneas, que han tenido que cancelar la mayor parte de sus vuelos, con el impacto que eso supone para sus ingresos.
La crisis que ha provocado el coronavirus se está llevando por delante las acciones de compañías que hasta ahora parecían casi intocables por los bajistas, como es el caso de Airbus, ejemplo de empresa sólida que en los últimos años había atraído, y mucho, a inversores y analistas, lo cual le ha valido un puesto tanto en el Top 10 por Fundamentales como en elMonitor de Ecotrader.
Este desplome de la demanda de pasajeros está teniendo un efecto colateral en los propios fabricantes de aeronaves, a los que les están cancelando, o demorando, una parte de los pedidos que tenían en cartera. Desde el 21 de febrero, Airbus ya se ha desplomado más de un 50% hasta llegar a tocar mínimos de julio de 2016. A su principal competidor, Boeing, le ha ido incluso peor, con un descenso de 10 puntos más en el periodo.
Ahora, el principal riesgo para Airbus está en que esta crisis, que en Europa se dilatará meses, puede alargarse mucho más en otros territorios, con lo que eso representa para los vuelos de largo recorrido, como los que opera Emirates, la cual ya está sopesando dejar en tierra los 115 superjumbos (modelo A380) que tiene en su flota y cancelar los pedidos que tiene hechos a Airbus.
Con todo y con esto, desde Banco Sabadell apuntan que "la compañía tiene una sólida posición financiera, con caja neta suficiente para hacer frente a los vencimientos de deuda a corto plazo y medio plazo" y siguen recomendando comprar sus títulos.