
Cerca de un tercio de las memorias de sostenibilidad correspondientes al ejercicio de 2018 (13 de un total de 43 memorias) presentaron salvedades, en la mayoría de los casos por omisiones de información. Así lo recoge el Informe de Supervisión de las cuentas anuales elaborado por la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores), un documento que describe la labor de supervisión realizada por el organismo.
El de 2018 fue el primer ejercicio en el que las empresas españolas (a partir de determinada cifra de negocio y número de empleados) tuvieron la obligación de presentar sus Estados de Información No Financiera (EINF). Las empresas ya no solo deben informar de cuánto ganan, sino también de cómo, y estos documentos recogen aspectos ambientales (efectos de su actividad en el medio ambiente), cuestiones relativas al personal, los derechos humanos o la lucha contra la corrupción, entre otras cuestiones.
La Ley 11/2018, de 28 de diciembre, no solo estableció que estos informes pasaban a ser obligatorios; también debían ser verificados (que no auditados) por un agente independiente (en concreto, lo han hecho las big four, las cuatro grandes consultoras, Deloitte, EY, KPMG y PwC). Es ese proceso de verificación el que detectó salvedades en 13 informes, la mayoría de ellas por falta de información, que los emisores justificaban "en que su publicación habría sido perjudicial para sus intereses o porque sus sistemas o procesos no estaban preparados, a esa fecha, para obtener los datos", según se recoge en el informe de la CNMV, que añade que buena parte de estas emisiones "correspondían a indicadores clave del rendimiento sobre cuestiones sociales y relativas al personal"; en un caso concreto, "el verificador puso de manifiesto una salvedad muy amplia que, entre otras cosas, incluía la falta de desglose de los riesgos".
Como resultado de los requerimientos de información de la CNMV, las compañías aportaron la información solicitada. Además, "explicaron las razones por las que no disponían de la información, o no la proporcionaban, al cierre de 2018" y manifestaron que incluirían" dicha información en el Estado de Información No Financiera de 2019.
También se detectó que un 41% de las compañías no estaban cumpliendo con otra obligación: la de explicar con detalle cómo habían identificado los aspectos no financieros más relevantes. La ley establece que deben realizar un análisis de su materialidad, que no es otra cosa que la identificación de cuáles de esas cuestiones extrafinancieras son necesarias para comprender la situación de una empresa, su evolución y el impacto de su actividad sobre su entorno. Además, un 63% no identificó de forma "clara y precisa" sus grupos de interés, sus principales accionistas, algo que también debían hacer.
En un evento celebrado hace solo unos días, Materialidad en la inversión sostenible, organizado por Spainsif en colaboración con Cecabank, Fernando Gómez- Bezares, catedrático de Finanzas en Deusto Business School, criticó la ausencia de una auditoría rigurosa de las memorias de sostenibilidad de las compañías. La verificación a las que someten es, explicó, "algo mucho más light que una auditoría". A ello se suma, según señaló a elEconomista, que las big four "son expertas en analizar datos financieros, no datos de sostenibilidad", lo que complica este proceso todavía más.
En su informe, la CNMV también advirtió, por otro lado, que en la supervisión de las cuentas de 2019 prestará especial atención a los deterioros de activos en el sector energético y de extracción de petróleo y gas. El informe pone de relieve que, en los dos últimos años, se han producido "deterioros relevantes" y el regulador espera que las compañías "sean especialmente rigurosas con la evaluación de los indicios de deterioro".