
El aumento de la consternación por la aparición de nuevos casos de víctimas mortales fuera de las fronteras chinas a causa del coronavirus sigue lastrando los mercados. Cada vez son más las voces que alertan del impacto en la economía del gigante oriental a corto plazo.
Es el caso de S&P, que recientemente ha advertido de que el crecimiento en China caerá al 5% este año. Una idea que comparten desde la gestora de fondos Jupiter AM, desde donde añaden que a nivel global el impacto económico de este virus resultará "mucho más pronunciado que el del SARS".
En este contexto, el Banco Popular de China ha rebajado los tipos de interés a uno y cinco años en una décima, reduciendo la tasa de préstamo preferencial del 4,15% al 4,05%, algo que ha espoleado a su índice bursátil más local -el CSI 300- y que ha golpeado, una vez más, a su divisa, el yuan, y que se ha hecho en pos de reducir las tensiones financieras en las empresas penalizadas por el coronavirus.
"Las autoridades pretenden aliviar los costes de financiación de la economía real en medio de una lenta reanudación del trabajo y de una actividad en general mermada tras las largas vacaciones forzosas que ha provocado el brote de coronavirus", asegura Sophie Altermatt, economista del banco privado suizo Julius Baer.
Tras este movimiento, la divisa oriental sumó el jueves su sexta jornada de descensos en su cruce frente al dólar de las últimas siete. Y con ella, la moneda china ya acumula una caída superior al 2% contra el dólar desde los máximos que marcó en enero, situándose así durante algunos momentos de la sesión en mínimos anuales. Y es que, el mercado descuenta "nuevas reducciones de los tipos de interés de política de la PBoC y del coeficiente de reservas obligatorias durante el primer semestre del año para reducir los costes de financiación y proporcionar liquidez a más largo plazo", afirman desde la entidad helvética.