
Arabia Saudí ha abierto la puerta a recortar su producción en un millón de barriles por día (un recorte muy drástico para un solo país) con el objetivo de frenar la sangría del petróleo, según fuentes consultadas por The Wall Street Journal. Este movimiento buscaría detener el desplome del precio del crudo que lucha por mantener los 54 dólares por barril, mínimos desde enero de 2019.
Este movimiento supondría incrementar las restricciones de la producción en más de un 50% respecto a las ya aprobadas a finales de 2019. El petróleo se hunde alrededor de un 20% desde principios de año ante el miedo a un desplome de la demanda causada por el coronavirus.
La OPEP analizará la situación
La OPEP se reunirá antes de lo previsto para evaluar la situación y discutir posibles acciones. El barril de Brent cotiza este lunes en los 54,5 dólares, muy lejos de los 69 dólares de principios de año. La rápida expansión del coronavirus en China está lastrando ya la demanda de crudo de este país (el mayor consumidor de petróleo del mundo) un 20%, según los datos que ha publicado hoy la agencia Bloomberg.
Los recortes a la producción que mantuvo la OPEP durante gran parte de 2019 consistían en una reducción del bombeo de 1,2 millones de barriles por día (mbd). A finales de ese año, el cártel acordó incrementar estos recortes en 500.000 barriles más por día con la ayuda de sus aliados, la conocida como OPEP + que cuenta con países como Rusia. Los recortes totales alcanzan en la actualidad 1,7 mbd.
Si Arabía Saudí recortase la extracción de crudo en otro millón, las restricciones totales alcanzarían los 2,7 mbd. La producción saudí caería por debajo de los 9 mbd por primera vez desde 2011.
Desde que el coronavirus comenzase a copar las portadas de los medios internacionales, los futuros de petróleo han sufrido drásticas caídas anticipando una caída en la demanda de 'oro negro' que ha comenzado a materializarse en China. Este año ya era complejo para un mercado que cuenta con sobre-oferta en estos momentos y en el que la demanda se encuentra cuestionada por la desaceleración económica y el auge de las alternativas a los combustibles fósiles.
Tras el anuncio, la cotización del barril de petróleo parecía haber detenido los descensos. Sin embargo, tras el cierre de las bolsas en el Viejo Continente, las caídas han vuelto tomar el protagonismo causando un descenso del barril cercano al 3%.