2019 fue un gran año para los bonos sostenibles en España, el mejor hasta la fecha. Según los datos recabados por el Observatorio Español de la Financiación Sostenible, las empresas e instituciones del país emitieron este tipo de deuda por un total de 9.756 millones de euros, un 50% más que el año anterior. El salto es llamativo respecto a las cifras de 2017 y 2018, que fueron similares entre sí (ver gráfico), y queda a años luz de los cerca de 1.000 millones de 2014, año en el que las empresas españolas se estrenaron en este tipo de operaciones.
Cuando hablamos de sostenibles, nos referimos tanto a bonos verdes (que financian proyectos que generan beneficios medioambientales) como a los sociales (habituales entre organismos públicos y destinados a sanidad, empleo...) y a los sostenibles (que vienen a ser una mezcla de los dos anteriores).
Iberdrola –el mayor emisor privado de este tipo de instrumentos financieros en el mundo en 2016, 2017 y 2018– fue una de las 13 emisoras del año pasado en España, con un bono híbrido verde perpetuo por 800 millones–. Pero en 2019 un 31% de las emisiones procedió ya de bancos: BBVA realizó su segunda emisión verde, por 1.000 millones, y se estrenaron Santander y CaixaBank (la primera con un bono verde y la segunda con uno social, ambas por 1.000 millones de euros). Otro 39% de las emisiones procedió de empresas no financieras: Telefónica también captó 1.000 millones con un bono verde. El 30% restante procedió de organismos públicos.
