
El desenlace del Brexit supondrá un antes y un después para los mercados, en un momento clave en el que precisamente se está trabajando en el proyecto para la Unión de los Mercados de Capitales (CMU, por sus siglas en inglés). En el organismo encargado de supervisar el mercado español preocupan las consecuencias más inmediatas del divorcio. Sebastián Albella, presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), cree que "nos enfrentamos incluso a un riesgo de competencia regulatoria a la baja por parte de Reino Unido una vez que esté fuera de la Unión".
De ahí que considere necesario un esfuerzo de estados e instituciones para asegurar que este mercado único europeo que se está construyendo sea eficiente y capaz de competir internacionalmente. En definitiva, urgió a "repensar y relanzar el proyecto" ante el "terremoto" del Brexit.
La posible presión que ejerza Reino Unido "puede resultar chocante o paradójica", reflexiona Albella, ya que este país "ha sido el gran promotor de la regulación europea en el ámbito de los mercados de capitales". Es más, prácticamente es un "legado británico", apostilló durante una conferencia en París organizada por la Asociación para los Mercados Financieros de Europa (AFME).
Albella aprovechó el encuentro para apuntalar tres temas que deberían tenerse en cuenta en la próxima fase del CMU. El primero es que este proyecto no puede debilitar a los mercados locales y que no debe ser sinónimo de tener un solo centro financiero dominante. Aquí incluyó la idea de que debe cuidarse al ecosistema completo, mostrando un problema claro en el que ha hecho hincapié en otras ocasiones: la reducción de análisis para empresas pequeñas con la llegada de Mifid II.
El segundo punto, que también destacó ante el Congreso hace solo unas semanas, es la necesidad de una armonización fiscal en el ámbito de los productos y servicios financieros y en la tributación del ahorro en general. Puso un ejemplo: en Francia, más del 80% de los fondos de inversión se distribuyen a través de productos con componente de seguro, lo que supone una gran diferencia con España.
Y, finalmente, recordó la importancia de tener una coordinación en la supervisión en casos como la prestación transfronteriza de servicios de inversión, señalando a productos como los CFDs.
Fomentar las salidas a bolsa
A menos de tres meses para acabar el año, ninguna compañía española ha debutado en el parqué, más allá de las salidas al Mercado Alternativo Bursátil (Mab). Y esto también preocupa en el seno de la CNMV. Albella recalcó "la necesidad de fomentar el acceso de las empresas a los mercados de capitales", refiriéndose, en concreto, a "las salidas a bolsa". Reconoció que en la primera fase del CMU "se han hecho esfuerzos para simplificar la regulación en puntos concretos, pero no es suficiente".
El presidente de la CNMV atribuye la escasez de debuts bursátiles a la situación de los mercados, pero también a la competencia que supone ahora el capital riesgo. Admitió que los procesos de salidas a bolsa "son demasiado complejos y duran demasiado", lo que supone una desventaja frente al capital privado.