
El fracking es una de las técnicas para extraer crudo y gas más controvertidas. Sus posibles efectos medioambientales y sobre la salud de las personas ha sido un factor clave para que algunos países o regiones cuestionen su práctica. Sin embargo, algo de lo que no se duda es de los beneficios económicos que se derivan de esta práctica como se muestra en el trabajo 'Geographic Dispersion of Economic Shocks: Evidence from the Fracking Revolution'.
Varios profesores de Economía y Finanzas de la universidad Darmouth College han realizado un estudio sobre el impacto económico del fracking en las zonas de influencia. Para ello han utilizado datos del Bureau of Labor Statistics y del Internal Revenue Services. La conclusión es que esta industria supone un fuerte aumento de los salarios y de los 'cobros' (royalties) de ciertos ciudadanos que poseen las zonas en las que se permite implementar la técnica.
"Por cada millón de dólares de ingresos procedentes de la extracción de gas y petróleo a través del fracking se produce un aumento de 66.000 dólares en la masa salarial del condado, 61.000 dólares en pagos por royalties y se crean 0,78 puestos de trabajos dentro del condado", un resultado que pocas industrias pueden igualar.
Si la medición se extiende a 160 kilómetros a la redonda el efecto multiplicador hace su aparición: "Si se analizan los datos dentro de un radio de 100 millas (160 km), cada millón de dólares de ingresos generado por esta técnica supone un incremento de la masa salarial de 243.000 dólares, 117.000 dólares en royalties y 2,49 empleos nuevos. Por último, según los datos analizados podemos estimar que si estos resultados se extrapolan al país entero (EEUU) la revolución del fracking ha supuesto un aumento de 725.000 empleos y una disminución de 0,5 puntos porcentuales de la tasa de paro durante la Gran Recesión".
Analizando los datos de forma más detallada, estos expertos señalan que alrededor del 40% del aumento de la masa salarial se produce en sectores no relacionados con el fracking, pero que se ven beneficiados por esta práctica, como son las finanzas, ocio o gobiernos locales. Dentro de un condado, de cada 66.000 dólares más en la masa salarial, 39.000 se van a trabajadores del fracking (incluyendo trabajadores del transporte como camioneros), mientras que los otros 27.000 dólares se marchan a empleados de otros sectores que se ven beneficiados de forma indirecta.
Por otro lado, los 61.000 dólares en royalties que van a parar al dueño de las tierras en las que se practica el fracking, suelen quedarse dentro del condado. Los ciudadanos que posean terrenos que albergan petróleo o gas en el subsuelo tienen derecho a percibir una parte de los beneficios logrados.
Por ejemplo, durante el año 2012 la suma total de los royalties por fracking en el estado de Pensilvania ascendieron a 1.200 millones de dólares. Los royalties que repercuten sobre el dueño del terreno que percibe un porcentaje de los ingresos obtenidos por la empresa que explota la tierra.