La crisis energética que sufre Europa parece dar una tregua. Los cargueros de gas natural procedentes de Estados Unidos con destino a Europa han aumentado en un tercio durante el fin de semana.
Según datos recopilados por Bloomberg, un total de 20 buques cisterna partieron de Estados Unidos hacia el Viejo Continente, frente a los 15 barcos que lo hicieron el día previo a Nochebuena. Además, otros 14 cargueros esperan la orden para poner rumbo a Europa.
Estos datos han ayudado a suavizar los precios del gas natural europeo, que la semana pasada se dispararon por encima de los 180 euros el megavatio/hora después de una caída de los flujos de gas procedente de Rusia.
Ahora, las expectativas de envío de este combustible desde Estados Unidos hacen que el gas encadene ya cinco días consecutivos de caídas, lo que se traduce en su racha bajista más larga en más de un año. En concreto, el gas de referencia holandés ha caído un 8,3%, por debajo de los 100 euros el megavatio/hora.

"Al entrar en la recta final del año, el complejo sector energético europeo no muestra signos de calmarse", destacaba la consultora Timera Energy en un informe, al tiempo que añadía que "la demanda industrial ha estado haciendo frente a esta situación y muchos productores de metales y fertilizantes se han visto obligados a reducir su producción".
No obstante, el mercado no solo está atento a la llegada de más suministro desde el otro lado del Atlántico, si no que también se centra en si Rusia va a estar dispuesta a enviar más gas a Europa el próximo mes de enero. Este mismo martes, la subasta mensual de capacidad de tránsito de gas a través de los gasoductos dará las pistas necesarias para conocer los planes que tendrá Gazprom en enero. La llegada de gas ruso a Alemania a través de Mallnow se encuentra detenida este martes, según desprenden los datos del operador Gascade.
Otro dato relevante que ayudará a frenar la demanda de energía durante la próxima semana es el pronóstico del tiempo, que será más cálido de lo normal. Sin embargo, el mercado permanece en una calma tensa, ya que se esperan unas temperaturas muy bajas para la segunda semana de enero. Asimismo, el impacto de ómicron en la economía también genera incertidumbre. Las infecciones por la nueva variante de coronavirus se han disparado en todo el mundo y, durante el fin de semana, China ha registrado el mayor número de casos desde enero.
Y aunque todavía no se vislumbra un final inmediato para la crisis energética que ha sacudido Europa, la caída de los precios del gas también está presionando a la baja las tarifas eléctricas: en Alemania, la electricidad para enero ha caído ya un 36%, hasta los 220 euros por megavatio-hora, mientras que la de Francia para el próximo mes cayó un 28%.