
Los precios de los carburantes han comenzado a reflejar con mucha fuerza la escalada de tensión entre Estados Unidos e Irán. Los postes de las estaciones de servicio amanecieron el miércoles con un incremento de casi siete céntimos por litro en el caso del diésel y de cuatro céntimos en la gasolina, lo que refleja la subida de los precios del petróleo, que llegaron a tocar los 72 dólares por barril, aunque posteriormente se relajaron.
Según los últimos datos del Boletín petrolero de la Unión Europea, el precio medio del litro de diésel se pagaba en la semana del 16 de diciembre a 1,22 euros por litro y el de la gasolina euro súper de 95 octanos a 1,3 euros por litro.
Desde esa semana, la Unión Europea no ha vuelto a facilitar datos de los precios de los carburantes, por su tradicional parón navideño, y se espera que lo retomen la próxima semana.

Aunque no existen datos medios, la subida fue visible para los conductores en las principales estaciones de las grandes ciudades. De este modo, en Madrid el precio del diésel ha pasado de los 1,3 euros por litro hasta los 1,37 euros en las estaciones de servicio más caras de la capital. La dispersión de precios va desde los 1,157 euros que cobran en las gasolineras desatendidas de Ballenoil a los 1,379 euros que figuraban en los monolitos de Repsol, según los datos del Ministerio de Transición Ecológica.
En el caso de la gasolina euro súper de 95 octanos, la subida fue de cuatro céntimos por litro, hasta los 1,41 euros. La dispersión de precios en Madrid, no obstante, va desde los 1,23 euros en la gasolina que se paga en una estación de servicio de Ballenoil hasta los 1,41 euros que se cobran en una de Repsol. Con estos datos, llenar el depósito en Madrid con diésel es 8,25 euros más caro en este momento que si lo hizo a mediados de diciembre y en el caso de la gasolina alrededor de 6 euros más caro.
Si únicamente tenemos en cuenta el incremento de precios del miércoles, la subida para el diésel sería de 4 euros por depósito y la de la gasolina de alrededor de los 3 euros.
El consumo de carburantes se mantiene, pese a todo, al alza según los últimos datos de la Corporación de Reservas estratégicas (0,8% hasta noviembre de 2019) y de CLH (0,5% en 2019) que en ambos casos aprecian una mayor circulación de producto y eso pese a las menores ventas de vehículos en 2019 y la caída que se espera para este año.
La agencia de calificación crediticia Moody's ha realizado una previsión "negativa" para los fabricantes de vehículos y de componentes, con motivo de la estimación de un "descenso continuado" en las ventas mundiales de vehículos ligeros. Las matriculaciones mundiales cerrarán 2019 con un volumen de unos 91 millones de unidades, lo que supondrá un retroceso del 3,8% en comparación con los resultados de 2018 (unos 94 millones de unidades), según un informe realizado por la firma.
España no recibe desde hace prácticamente un año petróleo iraní
Desde la agencia de calificación estiman también que la tendencia de retroceso en las matriculaciones mundiales se mantendrá este año, con un volumen previsto de unos 90 millones de unidades, lo que se traducirá una bajada del 0,9% en comparación con 2019.
Estas previsiones a la baja se explican por diferentes factores como los riesgos de recesión, que aumentan en un entorno de desaceleración de la economía mundial, al tiempo que anticipa que no se prolongarán durante mucho tiempo los tipos de interés bajos.
Moody's también estima que los riesgos geopolíticos y los cambios en las políticas de los países afectarán a las ventas mundiales de vehículos, así como las tensiones comerciales que se están produciendo entre Estados Unidos y China y la puntilla que puede suponer la tensión en Oriente Medio.
La situación entre Irán y Estados Unidos parece complicarse cada vez más, en lugar de relajarse, justo después de la respuesta dada la pasada noche del martes al ataque estadounidense que acabó con la vida del general Qasem Soleimani.
Irán cuenta con las terceras mayores reservas del petróleo del mundo y se estima que las segundas de gas natural. Estados Unidos, por su parte, ha reducido notablemente su dependencia exterior, gracias a la producción propia de petróleo, lo que ha pasado a suponer una reducción de las importaciones de crudo e, incluso, un incremento de las exportaciones de producto refinado desde sus refinerías.
España no recibe desde hace prácticamente un año petróleo iraní y los principales suministradores de nuestro país siguen siendo México, Libia, Arabia Saudí y Noruega.
Problemas en Libia
El principal punto de tensión alternativo al de Irán se sitúa en Libia, uno de los principales exportadores de petróleo a España, donde el señor de la guerra Jalifa Haftar está dando pasos importantes para hacerse con el control del país y sus recursos petroleros, frente al Gobierno legitimado por la comunidad internacional, que está recibiendo un escaso apoyo desde que el mariscal comenzara su campaña el pasado mes de abril.
Haftar se ha hecho con el control de Sirte, cuna de Gadafi, y uno de los emplazamientos clave del país, así como con la base militar de Al Sadi y podría tomar Trípoli.
La Libyan National Oil Company, por su parte, podría verse forzada a cerrar la refinería de Zawiya y el campo petrolífero del Sharara por los ataques aéreos que se están registrando y dejar fuera de mercado alrededor de 300.000 barriles de producción en un momento de tensión.