
El Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM) extiende a partir de hoy a todo el colectivo de la abogacía madrileña, y no solo a los abogados de empresa como inicialmente se había anunciado, la posibilidad de amparar hasta diez dispositivos, registrados desde el área reservada de la web del ICAM, que se utilicen en el ejercicio profesional, como ordenadores, móviles, o 'tablets'.
Se trata de una iniciativa para apoyar a los colegiados a proteger sus equipos de trabajo en un entorno digital cada vez más expuesto, con el objetivo de garantizar la confidencialidad y protección de los datos manejados.
Además de facilitar un control eficiente y seguro de estos equipos, el servicio incluye herramientas para etiquetar dispositivos, buscando reforzar la protección de los activos tecnológicos y la información confidencial que contienen.
Así, cada dispositivo registrado recibe una etiqueta identificativa emitida por el ICAM, la cual acredita que está sujeto a la protección de la confidencialidad y secreto profesional de acuerdo con la normativa aplicable. Este sistema, pensado para apoyar a los letrados que manejan información sensible de sus clientes, permite además una mejor organización y control de los dispositivos, lo que refuerza la seguridad corporativa y profesional.
La Guía práctica de ciberseguridad
Por otra parte, el ICAM ha elaborado la primera 'Guía práctica de ciberseguridad para la abogacía', un documento que recoge las principales amenazas digitales que se ciernen sobre el sector legal y las herramientas más efectivas para mitigarlos.
"Ciberataques como el 'phishing', el 'ransomware', el robo de datos o incluso el espionaje digital son riesgos reales que pueden comprometer no solo la confidencialidad de la información, sino también la reputación de los despachos y la confianza de sus clientes. Una brecha de seguridad puede resultar en pérdidas económicas, sanciones legales y daños irreparables a la relación abogado-cliente", advierte Mabel Klimt, Diputada del ICAM responsable de tecnología.

Entre los factores de vulnerabilidad, el ICAM señala aspectos como los metadatos, que revelan información sensible como ubicación, dispositivos y horarios, o los riesgos asociados a dispositivos físicos, como el robo, virus o accesos no autorizados. También alerta sobre las amenazas en redes Wi-Fi inseguras, donde los datos pueden ser espiados, y en aplicaciones o programas que, si no se actualizan o configuran correctamente, pueden abrir brechas de seguridad.
Además, desglosa algunos riesgos asociados a la actividad digital, como el intercambio de archivos o la navegación en internet sin medidas de protección adecuadas, así como la exposición de datos a través de servicios como servidores, banca 'online' o comercio electrónico, que pueden ser blanco de ciberataques.
Con estas iniciativas, el ICAM sitúa la ciberseguridad en el eje de su estrategia de acompañamiento y apoyo en la transformación digital de los profesionales de la abogacía madrileña.
"La seguridad digital es un proceso constante que requiere herramientas efectivas, formación continua y un enfoque estratégico. En el ICAM, trabajamos para que nuestros colegiados tengan todo lo necesario para enfrentarse a estos desafíos con confianza y eficacia", ha explicado el Decano, Eugenio Ribón.
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