
El Ministerio de Economía, Comercio y Empresa prepara un cambio en la Orden de 2003 que establece las normas para tasar un inmueble, entre otras finalidades para una hipoteca, y obligará a tener en cuenta también aspectos como la sostenibilidad del activo o el riesgo climático, es decir, si por ejemplo está en una zona propensa a las inundaciones o a cualquier otra catástrofe natural.
La Administración ha sometido el proyecto de orden a audiencia e información pública, período abierto hasta el próximo 27 de septiembre.
El documento indica que se establecerán nuevos elementos a tener en cuenta en la valoración de inmuebles, como los medioambientales y sociales, "en la medida en que impacten en el valor del inmueble".
"Se tendrán en cuenta dentro del análisis de los diferentes escenarios o posibilidades de elección, los riesgos ambientales y climáticos, y otros riesgos físicos por los que pudiera verse afectado el inmueble", indica el texto. Además, también se valorará la sostenibilidad del inmueble más allá de la eficiencia energética y de la contribución a la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero, abarcando también otros factores "como la adaptación al cambio climático, el impacto en la contaminación del aire, agua y del suelo, la eficiencia en el uso de los recursos hídricos, la generación de residuos y la promoción de la economía circular o la protección de la biodiversidad".
Principios para el cálculo
Por tanto, el nuevo texto modificará la orden anterior sobre valoraciones de muebles inmuebles y obligará a entidades de crédito que dispongan de servicios de tasación y las sociedades de tasación homologadas a tener en cuenta el principio de prudencia, según el cual, ante varios escenarios o posibilidades de elección igualmente probables se elegirá el que dé como resultado un menor valor de tasación.
En especial, se tendrán en cuenta dentro del análisis de los diferentes escenarios o posibilidades de elección, los riesgos ambientales y climáticos, y otros riesgos físicos por los que pudiera verse afectado el inmueble.
También deberán establecer la tasación bajo un segundo principio, el de sostenibilidad, según el cual los métodos de cálculo del valor del inmueble deben considerar, cuando corresponda, indicadores del efecto que tienen sobre éste los factores de carácter medioambiental y socioeconómico.
Para hacer el cálculo de la tasación, cuando se trate de edificios terminados, se incluirá el certificado de eficiencia energética del inmueble debidamente registrado. En el caso de edificios en construcción o en rehabilitación, se podrá contar con el título habilitante o autorización expedida por parte del ayuntamiento.
Cabe recordar que el Banco Central Europeo (BCE), en su Guía sobre Riesgos Relacionados con el Clima y Medioambientales, establece que las entidades deben considerar los riesgos relacionados con el clima y medioambientales en sus valoraciones de los activos de garantía. "Se espera que las entidades presten especial atención a la ubicación física y la eficiencia energética de los inmuebles comerciales y residenciales a este respecto. Se espera que las entidades incluyan estas consideraciones en el proceso de determinación del valor de los activos de garantía y en el proceso de revisión prescrito por la normativa aplicable", indica el máximo órgano financiero europeo.
Finalmente, entre los aspectos más relevantes, también se establecerán criterios para mejorar la tasación de viviendas por el método automático, es decir, cuando se valora una cartera de inmuebles. Se obligará a tener en cuenta el mercado en el que se sitúe el activo.
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