El índice bursátil de referencia en el sector de las energías limpias, el S&P Global Clean Energy Index, ha dejado fuera a 15 compañías, entre ellas el gigante estadounidense NextEra, la italiana Enel y la española Audax Renovables. Los cambios han sido efectivos ya este lunes, 18 de octubre. Consulte más noticias sobre ESG en elEconomista Inversión sostenible y ESG.
El motivo de la exclusión de NextEra -el gigante estadounidense de las renovables, con una capitalización que supera los 160.400 millones de dólares, unos 138.800 millones de euros- estaría ligado a los estándares de emisiones de carbono, mientras que la de Audax tiene que ver con el volumen diario negociado por el valor en los últimos seis meses, y el de Enel responde a otras actualizaciones realizadas en la metodología. Este selectivo, perteneciente a la fábrica de índices S&P Dow Jones, está integrado actualmente por 75 compañías, entre las que, tras la salida de Audax, solo quedan tres españolas: Iberdrola, Siemens Gamesa y Solaria.
En palabras de Helena Viñes (CNMV), el mercado de los índices sostenibles vive una auténtica "ebullición"
La presente actualización se produce después de que este proveedor anunciase, el pasado mes de abril, que ampliaba el número de integrantes desde las 30 con que contaba entonces hasta "un máximo de 100 firmas", con el objetivo de reflejar un cambiante universo de oportunidades.
Precisamente este martes Helena Viñes, consejera de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, hacía referencia - en el marco de un evento organizado por Spainsif- a la "ebullición" que vive el mercado de índices sostenibles, "que permite a los inversores interesados en la gestión pasiva posicionarse en productos indexados sin renunciar a un objetivo climático".
En este sentido, Viñes señaló que la Comisión Europea estudia crear un índice ESG, al igual que ya ha hecho recientemente con sus índices climáticos. La UE lanzó el año pasado sus propios estándares para índices de referencia bajos en carbono, con el objetivo de que los proveedores privados pudiesen lanzar selectivos bursátiles que contasen con ese sello de calidad europeo (siempre y cuando los elaboren siguiendo los criterios establecidos por la Comisión Europea). Desde entonces, "hemos visto la creación de bastantes índices climáticos y, sobre todo, un crecimiento constante del número de ETF que los replican", señaló Viñes.
