
A falta de un trimestre para cerrar el ejercicio, la cantidad emitida en bonos verdes en el globo supera ya en un 17,2% la colocada en todo 2020. Las emisiones alcanzan los 348.000 millones de dólares (unos 300.000 millones de euros) hasta septiembre, de acuerdo con los datos de la Climate Bonds Initiative, frente a los 297.000 millones de dólares (unos 254.000 millones de euros) registrados en el conjunto del año pasado. Más noticias sobre inversión sostenible en elEconomista Inversión sostenible y ESG.
Se confirma lo que el mercado venía anticipando: que 2021 será un nuevo año récord en este tipo de emisiones. En realidad, todos los ejercicios han sido históricos desde 2014, año en el que estas operaciones se limitaron a 40.000 millones de dólares (actualmente, esta cifra se puede superar en un mes). En 2017, las colocaciones rondaron los 170.000 millones; en 2019, los 275.000 millones de dólares.
Por otro lado, septiembre de 2021 fue un mes extraordinario en emisiones: se superaron los 71.400 millones de dólares, la mejor cifra mensual jamás registrada (aunque la información de la CBI presenta un cierto decalaje y probablemente no recoge todo lo emitido este mes). El segundo mes más prolífico en colocaciones en 2021 ha sido, por ahora, marzo, con 65.400 millones. Y el más flojo agosto, con menos de 11.000 millones de dólares
La mayoría de las emisiones ESG mundiales -un 41% en 2020- son verdes, por encima de las sociales y las propiamente sostenibles
Estos datos se refieren exclusivamente a los bonos verdes, es decir, aquellos que financian proyectos que benefician al medio ambiente, no a los sociales (dirigidos a solventar problemas vinculados a la sanidad, el empleo o la exclusión, por ejemplo) ni los sostenibles (que combinan características de los dos anteriores, aunque la denominación sostenible se utiliza también para referirse, en conjunto, a todas las emisiones ESG). Las colocaciones verdes son precisamente las más habituales dentro del universo de la renta fija sostenible. De los 700.000 millones de dólares que se emitieron en 2020 en bonos verdes, sociales y sostenibles, la mayoría (un 41%) fueron verdes, un 36% sociales y un 23% sostenibles.
Emisión inaugural de España
En el dato de septiembre estaría ya incorporada la primera emisión verde del Tesoro español, de 5.000 millones, que el Reino de España llevó a cabo el pasado 7 de septiembre. Para esta colocación a 20 años, la demanda rebasó los 60.000 millones, 12 veces más. Y probablemente esté contabilizado también el debut de Reino Unido en el mercado de la renta fija sostenible también en septiembre. El país estableció además un récord de demanda, ya que recibió peticiones por unos 140.000 millones de euros para su bono verde de cerca de 6.800 millones de euros (5.000 millones de libras), una colocación a 12 años.
Año de pérdidas
Estas cifras de récord se producen en un año en el que la renta fija sostenible está arrojando pérdidas, si nos fijamos en la evolución del precio, para los inversores. En lo que llevamos de 2021, el Bloomberg Barclays Global Green Bond Index se deja un 6% y el Global Aggregate Sustainability cede un 4,6% mientras que una cesta de deuda global –no ESG- cae bastante menos por precio, un 3,8%.
Según los expertos, esto no tiene nada que ver con la oferta y la demanda (ya que, según explican, por más que la oferta continúe creciendo, la demanda para estos activos sigue siendo brutal) sino probablemente con los componentes de estos índices. Otra explicación podría ser que, en un escenario de ínfimas rentabilidades a vencimiento, los inversores estuviesen mirando hacia otros activos para arañar algo de retorno. El citado índice de bonos verdes ofrece un 0,67% a vencimiento, y el índice de renta fija sostenible un 0,90%, mientras que la deuda global estándar ofrece un 1,15%.