Inversion a Fondo

Garatinzados: pros y contras de estos superventas

Estos fondos se colocan como alternativa al depósito a pesar de tener la consideración de complejos por parte de la CNMV. Analizamos qué aspectos debe valorar antes de incluir uno en cartera

Son los superventas de 2016. Los fondos garantizados se colocan otra vez como alternativa a los depósitos -e incluso a los mixtos- en un momento de elevada volatilidad en los mercados. Esa es la teoría, la que explican las grandes gestoras españolas. Pero en la práctica su vuelta también está relacionada con las comisiones que estos productos dejan en los bancos. Se asocian a seguridad, por eso de garantizado, pero lo cierto es que, si la circular que prepara la CNMV sale adelante y se cumplen los plazos, para invertir en uno se requerirá firmar una advertencia que reza así a partir de julio: "Está a punto de adquirir un producto que no es sencillo y puede ser difícil de entender. La CNMV considera, con carácter general, no adecuada por su complejidad su adquisición por inversores no profesionales". En otras palabras significa que un garantizado es igual de complejo que, por ejemplo, un fondo puro de bolsa.

A continuación explicamos qué aspectos debe analizar antes de invertir (o no) en uno. Punto número uno: el plazo, es decir, cuántos años se necesitan para conseguir la rentabilidad que promete. "Suelen ser estructuras de largo plazo, en las que si se saca el dinero antes de tiempo puede sufrir altas comisiones por rescate anticipado", explica Victoria Torre, responsable de producto de SelfBank. "Además la garantía solo suele concederse si se mantiene el fondo hasta el final, por lo que si necesitamos el dinero antes podríamos encontrarnos con pérdidas con las que no contábamos", añade. Es lo que se conoce como riesgo de disponibilidad, pero también existe el riesgo de oportunidad. Es decir, el que implica tener el dinero cautivo durante muchos años en un producto. "Los nuevos garantizados que están saliendo al mercado se caracterizan por tener un plazo de garantía mucho más largo que los que hicieron furor hace unos años", explica Fernando Luque, editor senior de Morningstar. De ahí que resulte fundamental tener claro antes de invertir en uno si ofrece ventanas de liquidez. Es decir, si es posible salir del fondo antes de que venza sin que cobre comisión alguna.

También es clave entender cómo consigue la rentabilidad. En términos generales este tipo de fondo construye una estructura invirtiendo la mayor parte de su patrimonio en activos seguros que permitan garantizar la devolución del principal e invierten el resto en otros activos de mayor riesgo con el objetivo de arañar una rentabilidad extra. En función de esto será de garantía parcial -prometen recuperar un porcentaje del capital inicial- o de garantía total -al vencimiento recupera todo el patrimonio-. Existen los garantizados de renta variable y los de renta fija. En los primeros es necesario saber "sobre qué índices o valores está referenciada la rentabilidad potencial a lograr al vencimiento del fondo. No sea que un valor o índice haya subido mucho o que exista una correlación negativa entre los valores y el producto diga que todos tienen que subir un determinado porcentaje al final del periodo", argumenta José María Luna, director de análisis y estrategia de Profim. Cuando se habla de que el fondo dará una determinada rentabilidad de un índice en un plazo, "hay que mirar a qué se refiere exactamente: si se compara la rentabilidad entre la fecha de inicio o fin, si se hace una media o si se tienen en cuenta solo algunas fechas claves de observación. En función del método descrito la rentabilidad puede ser muy diferente", explica Victoria Torres, de SelfBank. Por último debe tener en cuenta las comisiones del garantizado, ya que cuanto más altas sean, más parte se comerán de la rentabilidad final. "Aunque las comisiones de gestión se han reducido con el tiempo, siguen siendo exageradas si se tiene en cuenta que no existe una labor de gestión como tal en este tipo de productos", explica Fernando Luque. "Sería interesante que el inversor pudiera tener acceso a las rentabilidades que han ofrecido a lo largo del tiempo aquellos productos que ya han llegado a vencimiento. Estoy seguro que muchos se sorprenderían de la pobre rentabilidad ofrecida", añade.

No más del 15% de la cartera

Entonces, ¿para qué tipo de ahorrador pueden ser aptos estos productos? Los expertos coinciden en señalar que, aunque se decantarían antes por otras opciones que por un garantizado, solo lo recomendarían para aquellos muy conservadores que se puedan permitir tener su dinero cautivo durante un largo periodo de tiempo a sabiendas de que puede que al final del periodo la rentabilidad no sea positiva. A ello añaden algunos matices adicionales: "Solo vería con buenos ojos uno que garantice el cien por cien del capital invertido", apunta José María Luna, de Profim, que asegura que el porcentaje idóneo a destinar a estos fondos nunca debería superar el 15 por ciento.

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