Inversion a Fondo

Los riesgos del mercado no desaparecen tras el 'Brexit'

A corto plazo, el referéndum británico era la gran cita del mercado, pero eso no implica que sea lo único que puede poner patas arriba el mercado. EEUU y China compartirán el protagonismo en lo que a grandes riesgos se refiere de cara al verano.

Desde aquel verano de 2007, en el que la Fed tocó por primera vez los tipos de descuento, los veranos ya no han vuelto a ser tranquilos para los que escriben o invierten en bolsa. Ese fue el primero de muchos; luego llegó el verano de 2008 que desembocaría en la quiebra de Lehman Brothers, el de 2009 cuando se empezaba a dudar de Grecia, el de 2012 cuando la crisis de la deuda europea llevó al bono español a superar el 7 por ciento de rentabilidad o el más reciente de 2015 cuando la devaluación del yuan por parte de China provocó un crash en los mercados del que todavía no se ha salido. Ante este panorama cabe preguntarse si éste también va a ser otro de esos veranos de infarto en los que la sombrilla y la tumbona tendrán que convivir con las aplicaciones del móvil de Bloomberg o elEconomista Bolsa.

A priori, uno podría pensar que el Brexit es el mayor de todos los riesgos del mercado, pero lo cierto es que hay más riesgos a corto plazo que provocarán que la volatilidad seguirá siendo la gran constante de todos los inversores, ya sean de renta fija o de renta variable. De ahí la proliferación en los últimos meses de productos que presumen de seguir estrategias que consiguen reducir la volatilidad del mercado. Raquel Blázquez, gestora de Ibercaja, enumera algunos de esos focos que pueden amargar las vacaciones a más de un inversor y puede que lo que quede de año: "Por citar algunas tenemos reunión de la Fed en el mes de julio donde hasta un 50 por ciento de los analistas esperan un alza de tipos, elecciones presidenciales en Japón y el persistente miedo de una nueva devaluación de China".

La primera de esas claves será ver qué pasa en la reunión de la Fed. En la última reunión de junio, el organismo americano optó por mantener los tipos de interés, entre otras cosas por el riesgo a que triunfara el Brexit, como finalmente ha sido por lo que habrá que ver si la decisión de Reino Unido termina con la posibilidad de que eleve los tipos de interés también en el mes de julio. Sin embargo, la mayor parte de esa decisión recaerá en la evolución de la economía americana y en eso tendrá mucho que ver los resultados empresariales que publiquen las compañías americanas. En el primer trimestre, los beneficios trimestrales de las compañías que se integran en el S&P500 presentaron una caída del beneficio neto del 8 por ciento, en comparación con el mismo periodo de 2015, pero quizá el hecho de que gran parte de la caída viniera de dos sectores que apuntan a una recuperación como son el de materiales básicos y el financiero es lo que lleva a los analistas a seguir manteniendo altas expectativas en cuanto a las cuentas venideras. "Se esperan resultados demasiado buenos", afirma Sergio Miguez, de EFPA. Y a este respecto Javier Monjardín, de Tressis, puntualiza que "los resultados corporativos son los que pueden dar el susto, ya que se han batido ya todos los récord". De hecho, los márgenes de las compañías americanas están en máximos históricos y duplican los que consiguen las empresas europeas, por lo que resulta difícil que puedan seguir superando esas cotas, salvo mejora sustancial en su economía.

Además, hay que tener en cuenta que este año se celebran en EEUU elecciones presidenciales. En concreto, llegarán en el mes de noviembre, pero será en pleno mes de julio cuando tanto el Partido Demócrata como el Republicano celebren sus convenciones de las que saldrán sus candidatos a la presidencia. Salvo sorpresa de última hora, la pugna estará entre Hillary Clinton y Donald Trump y, a priori, Wall Street penalizaría menos una victoria de la continuista Clinton que del rupturista Trump. "Cabe esperar que la retórica de los candidatos y la incertidumbre de la campaña creen volatilidad a corto plazo. No obstante, esas reglas no son inamovibles y la historia no siempre se repite. Este año es diferente en muchos aspectos; por ejemplo, el presidente no se presenta a la reelección y el vicepresidente actual no es un candidato, así que, quien quiera que gane, será nuevo en el puesto", apuntan desde Fidelity.

Fuera ya de EEUU, en julio también se celebran elecciones presidenciales en Japón. Se espera una continuidad del Gobierno de Shinzo Abe, por lo que el riesgo político es mínimo, pero lo que sí mirará el mercado es la política monetaria. De hecho, la semana pasada el mercado japonés penalizó con caídas del 3 por ciento la no actuación de su banco central, el BoJ, pese a la debilidad de la economía nipona. Y es que además de la política monetaria japonesa, la que realizan otros bancos centrales, y sobre todo su eficiencia, sigue siendo el gran riesgo de mercado, y así se afirma en la última encuesta a gestores publicada por Bank of America Merrill Lynch, que situaban el fallo en las políticas monetarias como el gran riesgo de mercado por detrás del Brexit. Por último está la constante amenaza de China, donde su crecimiento seguirá siendo analizado con lupa y con la sombra de una nueva devaluación, la misma que provocó el crash de agosto de 2015.

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