
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no pudo ocultar su entusiasmo el viernes en Twitter después de que a última hora del jueves el Senado aprobase el proyecto de ley presupuestario, un paso clave para atajar la reforma tributaria de la Casa Blanca. "El Presupuesto fue aprobado anoche con 51 votos a favor y 49 en contra", indicó incidiendo como ningún demócrata apoyó la medida. Tampoco lo hizo el senador republicano Rand Paul, quien según el mandatario sí apoyará los recortes de impuestos.
"Esto permitirá la aprobación de recortes de impuestos a gran escala (y reforma), que serán lo más grandes de la historia de nuestro país", señaló Trump al referirse a su plan fiscal, que reducirá el impuesto de Sociedades hasta el 20% y simplificará los tramos del IRPF de siete a tres, del 12, 25 y 35%. La oposición de Paul al proyecto presupuestario para el año fiscal 2018 quedó de lado cuando el propio senador republicano contestó el viernes al tuit de Trump asegurando su apoyo a rebajar impuestos. "Los más grandes, agresivos posible y...pronto", indicó.
Ahora la medida de Presupuesto para el año fiscal 2018, que sumará hasta 1,5 billones de dólares al déficit federal durante la próxima década, debe conciliarse con la propuesta de los republicanos en la Cámara de Representantes, un arduo trabajo que podría tardar semanas. Los representantes republicanos aseguraron que las negociaciones para una medida unificada podrían tardar hasta dos semanas, con lo que no se espera que comienzos de noviembre se ingresaría el proyecto a la Cámara de Representantes.
"Con este presupuesto, daremos un alivio muy necesario a las familias estadounidenses", dijo el líder de la mayoría del Senado, el republicano, Mitch McConnell, tras la votación. Sin embargo, cabe destacar que algunos conservadores de la Cámara Baja buscan un plan de rebajas impositivas que sea lo más neutral posible para el déficit.
Según el Tax Policy Center, el 1% de los hogares más ricos experimentaría un aumento de 8,5% de sus ingresos netos en 2018, mientras que el beneficio sería mucho más limitado (entre 0,5 y 1,2%) para el 95% de los hogares de menores ingresos. La reforma costaría en total 2,4 billones de dólares en la primera década de su aplicación, lo que plantea problemas de financiación.
Tanto la Administración Trump como los líderes republicanos consideran que esta reforma impulsará el crecimiento compensando así las pérdidas de ingresos fiscales. Una idea que los demócratas descartan junto con la propuesta de Presupuesto aprobada el jueves en la Cámara Alta. "Este abominable y retrógrado presupuesto da luz verde a los recortes en Medicare y Medicaid para reducir los impuestos de las grandes corporaciones y los estadounidenses ricos", advirtió el líder de la minoría demócrata del Senado, Chuck Schumer.