
Si el adelanto electoral en Reino Unido se basó en un primer momento en el deseo de la primera ministra de ampliar su margen de maniobra en las negociaciones del Brexit, las apuestas programáticas de los dos candidatos favoritos, la conservadora Theresa May y el laborista Jeremy Corbyn, han relegado la salida de la UE a un mero desiderátum para centrarse en un giro ideológico con el que aspiran a revolucionar su granero tradicional de votos. En directo | Siga aquí la jornada electoral.
Más allá de las diferencias estratégicas con las que enfocan la carrera por el Número 10 (los 'tories' con una marcada vocación personalista frente a la priorización de las ideas del Laborismo), los programas electorales constituyen un fiel reflejo de la visión de los líderes, muy igualados según los últimos sondeos.
El programa de Theresa May
El proyecto de Theresa May es hacer que Reino Unido sea un país "más fuerte, más justo y más próspero". Para ello la primera ministra británica pretende romper con el legado "tory" de David Cameron, que favorecía a las clases medias a través de beneficios fiscales, y centrarse en políticas sociales como fondos para la educación y la sanidad pública. La libra podría desplomarse hasta los 1,20 dólares si May no gana con mayoría.
El partido que abandera el libre mercado defiende en este 2017 la ampliación de la influencia de los trabajadores sobre las juntas de dirección y un mayor intervencionismo estatal, como el planteado con el tope a las facturas energéticas. De igual modo, se ha deshecho de otra de las grandes apuestas que la mantenían rehén de la Administración Cameron y, si bien descarta aumentar el IVA, ha abandonado la promesa de no tocar el IRPF ni las contribuciones a la Seguridad Social.
En su programa, la jefa del Gobierno se muestra firme ante el Brexit y reitera que el Reino Unido abandonará el mercado único europeo y la unión aduanera. No obstante, May se compromete a asegurar los derechos de los comunitarios que viven en el Reino Unido. Asimismo, someterá a votación parlamentaria el acuerdo final sobre la salida británica de la UE.
En materia de inmigración, su gobierno obligará a las empresas a pagar más por la contratación de inmigrantes que no procedan del bloque europeo (unas 2.300 euros anuales) y a su vez éstos deberán hacer un aporte mayor por beneficiarse de la sanidad pública.
Entres sus medidas sociales, May ha tenido que dar marcha atrás en un punto de su programa electoral sobre el cuidado de ancianos que le había costado críticas y que había sido bautizado como 'el impuesto a la demencia'. Hasta ahora, la gente estaba obligada a pagar hasta 82.000 euros por el cuidado de un anciano con demencia senil y a partir de ahí el Estado asumía el resto. Pero en su programa, la candidata había impuesto que las familias pagasen ilimitadamente hasta que les quedasen 115.000 euros de patrimonio.
El programa de Jeremy Corbyn
El rival de Theresa May, el laborista Jeremy Corbyn, ha garantizado por su parte un retorno a las esencias que imperaban en el Laborismo en los años 80. Una época en las que se incorporó al Parlamento como un diputado más preocupado por la agenda ideológica y una izquierda más pura que por respetar la disciplina interna.
El Laborismo descarta elevar el IVA o tocar las contribuciones a la Seguridad Social, pero sí tiene reservadas subidas del IRPF al 5% de las rentas más altas, en orden con la ambición de redistribución de la riqueza. Corbyn apuesta además por clausurar la era de la austeridad e incrementar el gasto en los servicios públicos y nacionalizar las industrias de referencia como la ferroviaria, el servicio de Correos o el agua.
Sobre el Brexit, Corbyn insiste en respetar el resultado del referéndum, en tratar de construir una relación de confianza con la Unión Europea y en garantizar los derechos de los ciudadanos europeos que viven en el Reino Unido.
En cuanto a sus políticas de inmigración, recalca que se llevará a cabo "una gestión razonable de la inmigración, sin fijar cifras ni objetivos estrictos que acaban no cumpliéndose", aunque la libertad de movimientos de ciudadanos comunitarios "terminará" al abandonar la Unión Europea.
En el apartado de las medidas sociales, la enseñanza y la sanidad públicas serían financiadas sin casi restricciones. Los laboristas abolirían la matrícula universitaria de 10.500 euros por estudiante y por año. Además, el programa prevé la construcción de 100.000 viviendas al año para paliar la carencia de casas.