Cuba ha realizado una apuesta fuerte por sus vacunas de elaboración propia contra el covid-19. Soberana 02 y Abdala, todavía en fase de pruebas, están siendo inoculadas ya a cientos de ciudadanos cubanos en un protocolo de tres dosis. Las expectativas son altas: la isla podría convertirse en el primer país en tener al 70% de su población vacunada con un antídoto de desarrollo y producción doméstica.
El Instituto Finlay de Vacunas y el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de Cuba son los responsables, respectivamente, del desarrollo de Soberana 02 y Abdala, segúl relata la revista Bloomberg Businessweek. Con este último suero ya se ha inoculado a casi medio millón de cubanos, además de los que participaron en las pruebas. Pronto se sumará a la vacunación el antídoto Soberana 02, según confirmaron las autoridades del país el mes pasado.
Pese a que ambas vacunas se encuentran aún en fase de pruebas, el ministro de Sanidad cubano, José Ángel Portal, asegura que existen evidencias de la seguridad de las mismas, y que "no hay tiempo que perder". La economía de la isla se contrajo un 11% en 2020, pese a pasar una primera ola a salvo del covid-19. La situación es diferente este año, con casi 1.300 contagios diarios actuales frente a los 165 registrados en el mes de enero.
El Gobierno cubano calcula que, con la suma de Soberana 02, tendrá al 70% de su población vacunada en el mes de agosto, lo que le convertirá en el primer país del mundo en alcanzar esta tasa de inmunización administrando sus propios sueros. Bolivia, México y Venezuela ya han expresado su interés en la adquisición de las vacunas cubanas.
Cuba rechazó un convenio con Covax, la institución a través de la que se distribuyen vacunas de modo gratuito a los países más pobres. La economía cubana, que supera ampliamente estos parámetros, no aceptó las condiciones económicas de financiación propuestas por Covax y optó por confiar en sus científicos y sanitarios con la elaboración de sus propias vacunas.
La región latinoamericana, con una explosión incontrolada del virus en algunos territorios, como Brasil, está sufriendo una importante carencia de vacunas por la acaparación de la producción mundial por parte de los países más ricos. Pese a ser en la actualidad el epicentro del covid, esta región sólo produce el 4% de los productos médicos necesarios para combatir el virus, lo que la hace muy dependiente de las importaciones.
Científicos de la isla citados por Bloomberg Businessweek explican que no se trata de un movimiento incoherente, ya que Cuba tiene un largo historial de desarrollo de sus propias vacunas, y que las sanciones y el aislamiento al que se han visto sometida ha forjado una dinámica de soluciones creativas y resilientes entre su comunidad sanitaria.
Con la fase III de ambos antídotos ya en su punto final, será ahora el turno de una evaluación independiente por parte de la Organización Mundial de la Salud para confirmar si, efectivamente, las vacunas cubanas podrán salvar a la isla y a la región latinoamericana de la expansión de la pandemia.
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