Lo que empezó como un rumor en los medios ha acabado estallándole al primer ministro británico, Boris Johnson. Tras varios días recopilando datos, la Junta Electoral británica ha abierto una investigación este miércoles contra el 'premier' por los "indicios de delito" en las obras de reforma de Downing Street. Según los documentos que se han ido filtrando en los últimos días, el dinero habría salido de forma irregular de los fondos del Partido Conservador.
En los últimos días, y con una serie de elecciones clave en medio país el próximo jueves 6 de mayo, se han ido sucediendo la lista de escándalos sobre Johnson. Pero el que más recorrido está teniendo es la financiación de las obras de reforma de la residencia oficial del primer ministro en el número 11 de Downing Street. Pese a contar con una partida de 30.000 libras de dinero público para renovar el piso, la obra costó varios centenares de miles de libras. Johnson aseguró que la diferencia la había puesto él de su bolsillo, pero las pruebas que han ido presentando distintos medios apuntan a que lo financió su partido, algo que habría tenido que declarar a Hacienda como sueldo extra en especie antes de 30 días. El plazo ya se ha pasado y no hay constancia de que lo hiciera.
La semana pasada, la Junta Electoral abrió una investigación preliminar, pero las respuestas públicas de los involucrados no habían transmitido mucha seguridad. El Partido Conservador emitió un comunicado asegurando que "actualmente no están financiando" las obras, sin negar que lo hubieran hecho en algún momento. También dijeron que le habían dado "un préstamo" a Johnson, pero sin presentar documentos.
En la sesión de control de este miércoles, el líder de la oposición, el laborista Keir Starmer, acusó a Johnson de ser el "Capitán Corrupción". El 'premier', visiblemente furioso, insistió en que ha "cumplido con todas las obligaciones que mis asesores me han dicho que tenía que cumplir", y reclamó repetidamente hablar de otros asuntos.
Ahora que la pesquisa ha tomado cuerpo formal, Johnson se expone a una multa de hasta 20.000 libras y la apertura de una investigación criminal por parte de la fiscalía si hay sospechas de sobresueldos irregulares. Todo eso, mientras uno de sus predecesores, David Cameron, está siendo investigado por hacer lobby ilegal, y el jefe de la Administración considera "inexplicables" algunas de las pruebas de un posible tráfico de influencias cometido por Cameron que están saliendo a la luz en los últimos días. Un escenario soñado para sus oponentes cuando se juega el futuro del Reino Unido.
Secuelas del Brexit
Por si la inestabilidad no fuera suficiente, con los independentistas rozando la mayoría absoluta en Escocia y el 'sorpasso' a los 'Tories' en Gales, el Partido Unionista Democrático de Irlanda del Norte abrió ayer una crisis interna que amenaza con provocar la caída de su líder y actual primera ministra de la provincia británica. Un movimiento muy peligroso en un territorio que lleva sufriendo violencia callejera constante en las últimas semanas por los acuerdos del Brexit, que han separado económicamente a Irlanda del Norte del resto del Reino Unido. Los unionistas se sienten traicionados por Johnson y temen que el siguiente paso sea su retorno formal a Irlanda, de cuya partición se cumple este año un siglo.
Precisamente, este martes, de madrugada, el Parlamento Europeo ratificó, tras casi cinco meses, el acuerdo comercial con Reino Unido, poniendo fin al proceso del Brexit. La duda que sobrevuela el país estos días es si el 'primer ministro del Brexit' sobrevivirá mucho más al fin del evento que le llevó a Downing Street.