
El rapero Kanye West no será el próximo presidente de los EEUU. Pero desde hace un mes y medio, el marido de la modelo Kim Kardashian mantiene una delirante campaña electoral zombi, con el apoyo informal de cargos del Partido Republicano, en un intento de atraer votantes negros y dañar las opciones del candidato demócrata, Joe Biden. Una historia delirante llena de firmas falsificadas, batallas legales perdidas y candidatos en sus listas que se enteran por la prensa, entre otros.
El dato más importante de entrada es que West ya no puede ganar las elecciones de forma matemática: su nombre no aparecerá en las papeletas de al menos 34 estados, que reparten un total de 423 de los 538 escaños del colegio electoral que elige al presidente. Incluso un milagro le dejaría solo con 115 compromisarios de los 270 necesarios para ganar. Por mucho que Elon Musk, CEO de Tesla, le apoyara, poco puede hacer ya.
Sin embargo, su objetivo no va tan lejos. Según reconoció en una entrevista con Forbes hace unas semanas, "no niego que voy a quitarle votos a Biden". O, por lo menos, esa es su intención: en las encuestas sus cifras de apoyo son minúsculas, y provienen en su mayor parte de votantes conservadores, lo que no es de extrañar en una persona que se ha declarado fan de Trump, está en contra del aborto, apoya la tenencia de armas y quiere devolver el rezo obligatorio matutino a las escuelas.
Aun así, la creencia de que los negros, un bloque que tradicionalmente vota demócrata por mayorías aplastantes, pueden 'tirar' el voto si hay un candidato negro famoso en la papeleta ha animado a los republicanos. Sus huellas están por todas partes en la campaña de West, según una investigación del Washington Post: uno de los candidatos que Trump entrevistó para elegir al director de su campaña electoral recogió firmas para que pudiera presentarse en Arkansas. Un aspirante a compromisario en Wisconsin está casado con la presidenta de una agrupación republicana local. Y un abogado del Partido Republicano de Ohio ha colaborado con la campaña del rapero. En Montana, además, los republicanos pasaban hojas de firmas para West bajo la frase "quitémosle votos a Biden".
Obviamente, el hecho de que West lidere una campaña fantasma le ha supuesto un problema en la mayoría de estados, que piden un gran número de firmas para presentarse. En algunos casos, tantas que los dos partidos nacionales 'alternativos', los Verdes y los Libertarios, que en 2016 sumaron un 5% del voto, se han quedado fuera de algunos más estrictos. West, así, no estará en los estados clave de Pensilvania, Florida, Texas, Carolina del Norte, Michigan, Georgia o Nevada por falta de firmas.
Sin embargo, la forma chapucera en la que intentaron inscribir al rapero le ha costado su presencia en otro puñado de estados importantes. El mayor de todos, Wisconsin, en el que todas las miradas están puestas, porque el republicano que fue a entregar sus firmas llegó 14 segundos más tarde del límite. "El límite de las 17.00 horas son las 17.00, no 17.00:14", dijo el comité electoral del estado al certificar su descalificación. En Montana, por su parte, el comité anuló más de la mitad de las firmas que entregó por ser falsas, y le dejó fuera. Y en Ohio, donde Kanye entregó casi 15.000 firmas frente a las 5.000 necesarias, el Gobierno estatal le rechazó por "entregar mal la documentación".
Una candidata en sus listas: "Sagrado Guacamole. Desde luego que no apoyo a Kanye"
Y la lista no acaba allí. En Virginia también está bajo investigación, después de que la lista de candidatos a compromisario que entregó incluyera a personas que no tenían ni idea de que lo mismo acabarían yendo a Washington en diciembre a escoger al presidente. "¿Es un chiste?", preguntó una de las personas en la lista electoral de West en una entrevista con el NYMag. "Sagrado Guacamole. Desde luego que no apoyo a Kanye".
Todo indica que el rapero quedará reducido a poco menos que uno de esos nombres raros que treciben unos pocos cientos de votos de broma en cada elección, como Papá Noel, "Dalí Lama", Charlie Sheen o Kimi Raikkonen. Pero puede acabar haciendo daño a su familia: las redes sociales ya han pedido el boicot a las Kardashian por la decisión de West de prestarse a ese paripé.