
La Unión Europea y Reino Unido han asegurado este viernes que dan por terminado el debate sobre un nuevo retraso del Brexit, previsto para el 31 de diciembre, porque Londres ha comunicado "formalmente" que no quiere activar la prórroga que le permite solicitar el acuerdo de salida antes de que acabe junio como fecha límite. Bruselas asume esta comunicación como la "definitiva", aunque avisa del poco tiempo que queda para negociar el futuro e insta a los británicos a agilizar la negociación.
"He confirmado formalmente que Reino Unido no prorrogará el periodo de transición y que el momento de hacerlo ya ha pasado. El 1 de enero de 2021 tomaremos de nuevo el control y recuperaremos nuestra independencia política y económica", ha anunciado a través de las redes sociales el 'número dos' del Ejecutivo británico, Michael Gove.
Gove se ha reunido por videoconferencia con el vicepresidente comunitario Maros Sefcovic, encargado de supervisar junto al británico la correcta puesta en práctica de las condiciones del Brexit pactadas en el acuerdo de divorcio y que Bruselas subraya que deben estar todas a punto el 1 de enero del próximo año como condición para que se produzca una salida ordenada y se pueda aplicar el marco de relación futura en proceso de negociación.
El bloque toma esta decisión británica como "definitiva"
El responsable comunitario, por su parte, ha confirmado en una rueda de prensa posterior que Gove ha sido "muy claro, inequívoco", sobre el hecho de que el Ejecutivo de Boris Johnson no pedirá aplazar la salida, por lo que ha dicho que el bloque toma esta decisión como "definitiva".
Lo que sí aplazará el Gobierno británico es la fecha en la que empiece a obligar a los importadores de la isla a rellenar el papeleo aduanero para traer productos desde Europa. Hasta julio de 2021, el Reino Unido mantendrá controles "mínimos" a los productos importados desde el continente. Solo los productos más controlados (alcohol, tabaco, químicos, animales vivos) tendrán que pasar controles durante el primer semestre para entrar en la isla. La UE, por su parte, aplicará los controles aduaneros al completo para todas las exportaciones británicas desde el 1 de enero.
El Gobierno británico necesita contartar a 50.000 agentes aduaneros que controlen el inmenso flujo de documentos que empezará a generar el comercio con la UE, que hasta ahora se hacía sin ningún tipo de controles. El Ejecutivo de Londres apenas ha comenzado a cubrir la enrome cantidad de vacantes que tiene.
Bruselas viene avisando de la falta de avances en las negociaciones para diseñar la relación futura y la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, ha dejado claro que los 27 estarían abiertos a conceder un nuevo plazo de entre uno o dos años -según prevé el primer acuerdo-, pero Londres rechaza de plano este escenario.
Así las cosas, Sefcovic ha subrayado que el tiempo sigue corriendo y que es urgente avanzar en las negociaciones para lograr resultados tangibles, algo que no han logrado las partes en las primeras rondas de contactos a pesar de que el acuerdo debería llegar antes de octubre, para dar tiempo a la tramitación legal y ratificación del texto a tiempo para que pueda entrar en vigor desde el 1 de enero del próximo año.
Con las conversaciones prácticamente en punto muerto, el próximo lunes Johnson se reunirá por videoconferencia con los presidentes de las tres principales instituciones comunitarias: Ursula von der Leyen (Comisión), Charles Michel (Consejo) y David Sassoli (Parlamento europeo).
Aceleran las negociaciones
Se trata de una conferencia de alto nivel prevista ya en el acuerdo de divorcio para hacer balance de la transición y de los avances para el marco futuro, pero se ve también como una oportunidad para desbloquear las conversaciones, a las que Bruselas se ha quejado que Londres acude sin voluntad de alcanzar compromisos.
Entretanto, las partes han revisado el calendario de negociaciones y han decidido que habrá nuevas rondas en los meses de julio, agosto y septiembre y que los equipos volverán a reunirse para ello presencialmente, alternativamente en Bruselas y Londres, siempre que las condiciones sanitarias en el marco de la crisis del coronavirus permitan viajar.
A todo esto, el Gobierno de Boris Johnson ha acelerado las negociaciones con EEUU con la esperanza de alcanzar un borrador de acuerdo comercial antes de las elecciones de noviembre, en lo que tanto Johnson como Donald Trump esperan que sea un golpe electoral.
Petición de Escocia y Gales
Coincidiendo con el aviso de Gove, los ministros principales de Escocia y Gales, Nicola Sturgeon y Mark Drakeford, respectivamente han solicitado este viernes por escrito al Ejecutivo central que pida una prórroga de la fase de transición, ya que consideran que sería "extraordinariamente imprudente" romper de forma definitiva sin ningún tipo de red.
Con "temas fundamentales" aún por resolver, y con la pandemia de coronavirus de fondo, Sturgeon y Drakeford consideran que "nadie podría reprochar" al Ejecutivo de Boris Johnson que cambiase ahora de idea y solicitase la extensión que siempre había dejado claro que nunca pediría, "especialmente cuando la UE ha dejado claro que está abierta" a ella.
"Por tanto, le pedimos que aproveche la oportunidad final de las próximas semanas para pedir una extensión del periodo de transición y así lograr un mínimo espacio para completar las negociaciones, poner en práctica su resultado y dar una oportunidad a nuestras empresas para que se asienten tras los enormes trastornos de estos últimos meses", han esgrimido.
Los dos mandatarios consideran que, habida cuenta de las discrepancias que aún persisten, en el mejor de los casos solo podrá haber un acuerdo comercial "básico" en diciembre.