
Desde que el exalcalde de Nueva York Michael Bloomberg anunció su entrada en la carrera electoral demócrata a última hora, junto con su chequera infinita, sus rivales se han encontrado con una pregunta inesperada. ¿Cómo se vence a un candidato que no va a estar en las papeletas en ninguno de los cuatro asaltos de calentamiento antes del día clave de las primarias, el 'Súpermartes'? La solución puede estar en el debate de este miércoles -madrugada del jueves en España-, el primer cara a cara en el que participará el multimillonario empresario y su gran prueba de fuego.
Bloomberg, al contrario que sus rivales, estará en el debate por la fuerza de su chequera. Mientras que los demás -Pete Buttigieg, Bernie Sanders, Joe Biden, Amy Klobuchar y Elizabeth Warren- se han clasificado por haber superado el 15% de voto en Iowa o New Hampshire, Bloomberg lo ha hecho por superar el 15% de intención de voto en las encuestas nacionales para el 3 de marzo, el día grande de las primarias, según la media de FiveThirtyEight. Un apoyo en los sondeos que ha conseguido a cambio de 330 millones de dólares en publicidad, superando el gasto total del expresidente Barack Obama en sus dos campañas. Y aún quedan nueve meses para las de este año.
Previa del día clave
En principio, el debate de esta noche, en Las Vegas, era para buscar apoyos para el 'caucus' del estado de Nevada, que se celebra este sábado. Pero, dado que ya se han recogido más de 70.000 papeletas por anticipado -en 2016 votaron 84.000 personas en total- y que Bloomberg ni siquiera está entre los candidatos que se presentan en la votación de esta semana, todo parece indicar que la batalla será una previa del 'Súpermartes' de dentro de dos semanas, en el que se decide un tercio del país de golpe, incluidos los estados más grandes y valiosos, Texas y California.
A ese encuentro llegarán cinco contendientes que están deseando confrontar con Bloomberg. Sanders, el favorito en las encuestas, quiere practicar con el multimillonario neoyorquino las mismas acusaciones de "comprar la presidencia" y de "injusticia económica" que usará con Donald Trump en las generales si sale elegido. Warren, la otra gran izquierdista, necesita recuperar su brillo perdido en los últimos meses para llegar con vida al día clave, y espera lograrlo atizando al empresario sin cuartel.
Y, en el lado más centrista, Buttigieg, Biden y Klobuchar tienen el mismo problema: Bloomberg está llevándose a todos sus potenciales votantes en masa. El propio Bloomberg pidió este miércoles que ellos tres abandonaran la campaña para "no dividir el voto moderado" y no dejarle el camino libre a Sanders. Probablemente todos ellos sugerirán que, a lo mejor, el que tiene que irse es el neoyorquino.
Pero lo más interesante será ver cómo se defiende Bloomberg, que hasta ahora ha sobrevolado la campaña sin tocar el barro en ningún momento: ni ha ido a ningún otro debate, ni ha soportado las semanas infinitas estrechando manos y comiendo maíz frito en Iowa y New Hampshire, ni ha puesto a prueba su tracción electoral en las primeras urnas, que separan el grano de la paja. Su misión será reforzar su imagen como el único que puede detener a Sanders en las primarias y a Trump en las generales. Su amenaza y su oportunidad es el hecho de que será la diana de todos los demás y concentrará la atención de todos. Pero si fracasa, nadie sabe exactamente quién saldrá más reforzado: si Sanders, al librarse de un rival con fondos infinitos, o si algún 'moderado' logrará vencerle y ocupar su lugar como el "elegido" para confrontar con el veterano senador izquierdista.