Internacional

La campaña del caos en Reino Unido: Johnson, pillado prometiendo ignorar su propio acuerdo del Brexit

  • Un vídeo oculto caza a Johnson prometiendo incumplir el acuerdo del Brexit
Boris Johnson, en una fábrica de patatas fritas en Irlanda del Norte. Foto: Reuters

El problema de celebrar elecciones con el sistema político en estado de combustión, como vive el Reino Unido estos meses, es que se puede esperar cualquier cosa. Mientras el primer ministro, Boris Johnson, la lía con una 'pillada' en la que prometía incumplir su acuerdo del Brexit, los dos principales partidos, 'tories' y laboristas, llevan una semana sumando dimisiones y accidentes. Y los terceros en discordia, los liberal-demócratas, intentan conseguir espacio en los debates electorales.

Tras varios días desaparecido, el Brexit ha vuelto a la palestra gracias a una grabación oculta a Johnson, pero probablemente no de la forma que le habría gustado. En un acto con empresarios norirlandeses, el 'premier' prometió poco menos que incumplir su acuerdo con la UE, negándose a realizar inspecciones a los productos que vayan de la provincia a Gran Bretaña, como se comprometió en el pacto firmado en Bruselas hace apenas dos semanas.

Johnson: "Si alguien os pide documentos, decidle que llame al primer ministro y yo le ordenaré que los tiren a la papelera"

Johnson, contradiciendo las declaraciones de sus propios ministros, prometió a los empresarios que "no habrá documentos, ni controles, ni barreras de ningún tipo" a los productos que vayan entre las dos partes del Reino Unido, pese a que una de las condiciones para que no hubiera inspecciones entre las dos Irlandas era, precisamente, que sí las hubiera entre Irlanda del Norte y el resto del país.

Pero Johnson fue tajante: "Salvo que exportéis armas ilegales o especies en peligro", no tendrán que rellenar documentos. "Y si alguien os los pide, decidle que llame al primer ministro y yo le ordenaré que los tiren a la papelera". El Ministerio del Brexit, sin embargo, sigue insistiendo en que habrá que rellenar esos documentos, como aparece escrito en el tratado de salida.

Pero los laboristas no están mucho mejor. En un solo día, tres de sus candidatos se vieron envueltos en casos distintos de antisemitismo, que llevaron a dos a renunciar. Uno pidió una "solución final judía" al conflicto sobre Palestina, y otro atacó a una compañera de partido de dicha religión con un insulto antisemita. Fuera de asuntos religiosos, en Bassetlaw (Nottingham), los militantes locales rechazaron la expulsión de la que iba a ser su candidata por parte de la dirección nacional, con manifestaciones frente a la reunión para elegir al nuevo aspirante.

Todo eso se suma a la marcha de figuras importantes de ambos partidos. El miércoles dejó su escaño el vicepresidente de los laboristas, Tom Watson, que lideraba el ala más moderada del partido y al que habían intentado echar numerosas veces los partidarios más radicales del actual líder, Jeremy Corbyn. El propio Corbyn, famoso jardinero, le despidió en una carta en la que le deseaba que "los rábanos picantes que te di crezcan mucho". Además, otros dos diputados laboristas abandonaron el partido y pidieron no votar a Corbyn, al que consideran "incapaz" de asumir el Gobierno.

En total, abandonarán sus asientos 26 'tories' (más otros 9 a los que Johnson echó del partido por oponerse a un Brexit sin acuerdo), junto a 22 laboristas, tres liberales y una respetada independiente norirlandesa que rechaza el acuerdo de salida de la UE firmado por Johnson. El nuevo Parlamento será muy diferente y, con toda probabilidad, más radicalizado.

Lucha por los debates

Con todo ese caos absorbiendo la campaña, los liberales han intentado ofrecerse como la alternativa seria a ambos partidos. El jueves firmaron un acuerdo con nacionalistas galeses y el Partido Verde para presentar un candidato único en las circunscripciones donde tienen más posibilidades de ganar, para concentrar el voto e intentar garantizar la victoria de diputados anti-Brexit.

Con un 15% en las encuestas, la líder liberal, Jo Swinson, pidió ser incluida en los debates de candidatos nacionales. Pero tanto la BBC como la cadena privada ITV lo rechazaron, programando solo cara a caras entre Johnson y Corbyn. Swinson ha denunciado ante la justicia esta situación, exigiendo la posibilidad de participar en al menos uno de ellos.

Para compensar, la BBC organizará un encuentro con los líderes de todos los partidos, entre ellos el populista Nigel Farage, del Partido del Brexit, que espera ser la fuerza decisiva, no por los escaños que gane, sino por los que les haga perder a los otros partidos al dividir el voto. Hacer predicciones, con el cariz que está tomando esta campaña, es una pérdida de tiempo.

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