
La campaña electoral del Reino Unido está comenzando con tensión, incluso antes de que se haya disuelto oficialmente el Parlamento. El lunes, la líder del partido Liberal-Demócrata, Jo Swinson, recibió un paquete sospechoso que obligó a los agentes de seguridad de la Cámara de los Comunes a poner su despacho en cuarentena. Y la preocupación por el aumento de los insultos, ataques y amenazas a llevado a un número récord de diputados a anunciar su renuncia a la reelección para el escaño.
Los comicios del 12 de diciembre serán claves para decidir qué tipo de salida de la UE podría ocurrir, o incluso si habrá un segundo referéndum. Y su importancia se refleja en la tensión a la que están sometidos los diputados, especialmente las mujeres. La diputada laborista Jess Phillips sufrió un intento de ataque en el despacho de su circunscripción, después de que un asaltante entrara a gritos en el local. Y una veintena de diputados han anunciado su marcha por sentirse incapaces de soportar la situación de tensión, señalando numerosas amenazas de muerte recibidas por correo de forma casi diaria.
A eso se le suman las tensiones raciales que azotan a cada uno de los principales partidos. Numerosos medios de agrupaciones judías en el país han pedido no votar al Partido Laborista, con numerosas denuncias de antisemitismo, que llevaron a una diputada de dicha religión a abandonar el carnet de su partido ante los abusos que recibió de sus propios militantes. Y los 'Tories' se encuentran rodeados de acusaciones de islamofobia, especialmente en algunos distritos de Londres -que tiene un alcalde musulmán, el laborista Sadiq Khan, al que han atacado por ello desde la oposición municipal-.
Encuestas ajustadas
La clave de esta tensión es, sobre todo, lo justas que están las encuestas electorales. Aunque los conservadores tienen una clara ventaja en porcentaje de voto, el hecho de que prácticamente toda la oposición esté dispuesta a coaligarse para echarles de Downing Street obliga al 'premier', Boris Johnson, a ganar una mayoría absoluta si quiere permanecer en el poder.
Y en los últimos días, los laboristas han visto recuperarse sus perspectivas electorales como efecto del voto útil. A eso se añadió el anuncio del Partido del Brexit, liderado por el populista Nigel Farage, de que se presentará en todo el país para rechazar el acuerdo de salida negociado por Johnson con la UE.
Farage insiste en exigir una salida sin acuerdo, la que considera "el único Brexit de verdad", y tendrá candidatos en todas las circunscripciones, con el riesgo de dividir el voto pro-Brexit a favor de laboristas y liberales, como ya pasó en varias elecciones a lo largo del año.
Todo esto, antes incluso de que se hayan disuelto las cámaras. El mes que sigue puede llevar los enfrentamientos a niveles muy preocupantes, temen los diputados.