
Este miércoles se cumple el plazo que se dieron los europeos para consensuar su candidato para dirigir el FMI. Sin embargo, las divisiones entre los bloques geográficos y las dificultades que podrían encarar los potenciales candidatos de consenso están complicando el proceso de selección. La carrera sigue abierta, con los cinco candidatos preseleccionados, incluida la ministra de Economía, Nadia Calviño, todavía con posibilidades, según confirmaron fuentes francesas, desmintiendo así las informaciones de fuentes institucionales que el lunes apuntaban la caída en las quinielas de la política española.
En sus más de siete décadas de historia, Europa siempre ha dirigido el Fondo, mientras que EEUU hacía lo propio con el Banco Mundial. Pero los problemas para escoger a la persona que suceda a Christine Lagarde a partir de noviembre, cuando se vaya la francesa al BCE, pueden dar alas a los candidatos de otras regiones con ojos en el jugoso puesto. El FMI ha fijado para septiembre el límite para presentar candidatos. La elección debería completarse el 4 de octubre.
Por eso, el ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, quien coordina el proceso, se había marcado como objetivo llegar a un acuerdo en el seno del bloque comunitario para finales de julio.
Según explica una fuente diplomática, los países están divididos entre los del Norte y los del Sur. El expresidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, favorito para Alemania y los norteños, es rechazado por los vecinos meridionales, por sus posiciones de halcón y los comentarios despectivos que realizó sobre el gasto en "vino y mujeres" que hacían los socios del Sur. El gobernador del Banco de Finlandia, Olli Rehn, también encaja en la línea más ortodoxa.
Las opciones del Sur son el presidente del Eurogrupo, Mario Centeno, y Nadia Calviño. Como candidato de consenso, Francia sugirió la jefa ejecutiva del Banco Mundial, la búlgara Kristalina Georgieva.