
La imposibilidad de utilizar un elemento tan habitual de la vida diaria como es el ascensor sigue impidiendo la vuelta a lo normalidad para muchos vecinos de los municipios afectados por las inundaciones. Después de casi 8 meses de la DANA, más de 1.000 ascensores siguen aún esperando para ser reparados de los cerca de 7.500 elevadores afectados por el agua.
Una debacle que ha obligado al Ministerio de Industria y Turismo a aprobar cambios en la normativa de ascensores que afectarán exclusivamente a la Comunidad Valenciana ante la situación de emergencia que siguen viviendo muchos ciudadanos de la provincia de Valencia.
El objetivos es poder agilizar la reparación de estas instalaciones afectadas por la DANA y evitar que los operarios tengan que realizar otras actuaciones menos relevantes y que no afectan a la seguridad de los equipos y puedan concentrarse en los trabajos más urgentes.
Las principales medidas incluidos en esta especie de moratoria regional incluyen retrasar una serie de normativas técnicas que no afectan a la seguridad de las instalaciones y ampliar los plazos para que los ascensores se puedan adaptar a las mismas.
Así, se prorroga en más de un año, hasta el 1 de julio de 2026 , la implantación de nuevas medidas mínimas de seguridad, como la nivelación para evitar tropiezos o la instalación de elementos de protección para evitar golpes durante el cierre de puertas.
También se amplía de seis meses a un año el plazo para corregir defectos leves detectados en las inspecciones técnicas, de forma que las empresas que trabajan en el sector contarán con más margen para poder resolver esos fallos que no afectan a la seguridad de los usuarios.
Unas medidas permitirán liberar personal especializado para que puedan priorizar las reparaciones urgentes de ascensores. Según el sector se espera de esta forma contar con unas 14.000 horas de trabajo para esas labores.
La prioridad es la reparación urgente de las instalaciones y poner en funcionamiento esos 1.000 ascensores que todavía están fuera de servicio. Así, se agilizará los arreglos y se beneficiarán los vecinos afectados, sobre todo, personas mayores y discapacitados.
Piezas a medida y mano de obra
El presidente de Femeval, Vicente Lafuente, ha recordado que alrededor de 7.500 ascensores quedaron inutilizados por la dana y ha indicado que en este momento existe "dificultad" de acceder a información de algunos que han quedado totalmente inundados, por lo que resulta necesario que se involucren las administraciones municipales y el Gobierno para realizar un "mapeo intensivo" de aquellas instalaciones que todavía faltan por reparar con el fin de "agilizar los tiempos".
Lafuente ha especificado que el "problema principal" reside en que los ascensores son equipos "hechos a medida" y en que en "muchos casos no hay dos exactamente iguales", por lo que las empresas que fabrican las piezas a reponer "priorizan aquellos que están en zona dana sobre otros que puedan tener en otras partes del país".
Además, a ello se añade la falta de mano de obra, como ocurre "en todos los sectores de esta sociedad", y el hecho de que la que se está preparando "a la carrera" tiene que tener "una capacitación y una formación". "Estamos hablando de equipos de seguridad y eso lleva su tiempo, no podemos hacerlo al ritmo que nos gustaría", ha afirmado. Pese a ello, ha valorado que todos están "empujando en la dirección que se necesita".
La secretaria de Estado de Industria, Rebeca Torró, y el secretario de Estado de Política Territorial, Arcadi España, participaron ayer en Valencia en un encuentro con representantes del sector, encabezados por los presidentes de FEMEVAL, Vicente Lafuente, de ASCENCOVAL, Emilio Carbonell, y el director general de la Federación Española de Ascensores (FEEDA), José Carlos Frechilla, en una reunión celebrada en Valencia.