
Zaragoza ya tiene en marcha una nueva línea específica para tratar los residuos orgánicos recogidos a través de los nuevos contenedores de esta fracción tras una inversión de 13 millones de euros.
De esta cuantía, 4,6 millones de euros se corresponden con dos ayudas complementaras procedentes de los Fondos Europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
El resto de la inversión se ha asumido inicialmente por la UTE Ebro (Urbaser y Vertresa), concesionaria de esta plana de tratamiento con la que se completan las instalaciones del Complejo de Tratamiento de Residuos Urbanos de Zaragoza (CTRUZ). El Ayuntamiento de Zaragoza sufragará esta cuantía revisando el canon que se abona anualmente hasta llegar a julio de 2031, fecha en la que concluye la concesión y la planta pasará a ser propiedad municipal.
Esta línea permitirá obtener compost de alta calidad de la basura orgánica recogida dentro del proceso de recuperación de residuos orgánicos que impulsó el consistorio zaragozano hace dos años con la instalación de los contendedores marrones.
De este modo, además de generar energía eléctrica, se obtendrá "un compost de alta calidad que podrá ser utilizado tanto en parques y jardines como en la agricultura", ha explicado la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, durante la inauguración de esta nueva línea en la que también se ha contado con la presencia del CEO de Urbaser, Fernando Abril Martorell.
Además, la nueva instalación dejará de emitir a la atmósfera 2.802 toneladas de CO2 equivalente. "Un dato que se suma a los objetivos de Zaragoza para ser una de las primeras Cien Ciudades Climáticamente Neutras de Europa en el año 2030", ha incidido Chueca.
Desde la puesta en marcha de los contenedores de residuos orgánicos en Zaragoza, se ha producido un aumento, pasando de 534 toneladas recogidas en 2024 a 2.134 toneladas de biorresiduos entre enero y mayo de 2025.
"La ciudadanía seguirá integrando de manera rutinaria la separación de la orgánica en sus domicilios. Sabemos que es un proceso lento, es una carrera de fondo. Pero estoy segura de que, si hemos sido una ciudad modélica en la separación de otras fracciones, como el vidrio, el envase o el papel y cartón, también lo seremos con la orgánica", ha señalado Chueca.
El proyecto del CTRUZ
La actuación se ha centrado en la construcción de una nueva nave-foso de recepción de la materia orgánica recogida en los contenedores marrones de Zaragoza. Desde allí, el material se traspasa a una zona, también nueva, en la que se realiza un tratamiento previo antes de llegar a una siguiente fase en la que se mezcla con vapor de agua para adquirir una determinada temperatura con la que llegará al denominado digestor.
El digestor es un gran cilindro cerrado en el que la materia orgánica realiza un proceso anaeróbico en el que genera gas metano, que se utiliza en la planta para la generación de electricidad. El CTRUZ dispone ahora de un digestor específico (el número 5) que se dedicará expresamente a los restos de materia orgánica.
Después de 20 días, el material irá saliendo del digestor, comenzando entonces un proceso de deshidratación y de higienización hasta que el compost generado alcance la nave de maduración.
En la nave de maduración se ha construido un muro que separará el compost de calidad procedente del contenedor marrón del resto del material bioestabilizado que se obtiene de la basura domiciliaria general. Tras un proceso de afino, el compost se almacenará para su distribución en una nave de acopio en la que finalizará todo el proceso.