Zaragoza
Ya está en marcha en Zaragoza la primera biorrefinería urbana de Europa en la que se trabajará en el tratamiento de residuos orgánicos y lodos de depuradoras de aguas residuales para ponerlos en valor mediante productos intermedios, que se destinarán a la fabricación de biofertilizantes, grafeno verde y recubrimientos para piezas mecánicas.
Con una inversión de 23 millones de euros (8 de financiación propia y 15 de fondos europeos), esta biorrefinería tendrá una capacidad para tratar entre 10.000 y 15.000 toneladas anuales de residuos orgánicos y lodos de depuradoras de aguas residuales. Unas cifras que se esperan alcanzar conforme vaya avanzando el sistema de recogida de basura selectiva en Zaragoza.
La biorrefinería forma parte del proyecto Circular BioCarbon coordinado por Urbaser –se ha encargado de la construcción junto con Socamex-, y con participación de 11 socios de España, Alemania, Italia y Dinamarca. Se ha construido en las instalaciones de Centro de Innovación Alfonso Maíllo de Urbaser, y el Complejo para el Tratamiento de Residuos Urbanos de Zaragoza, en colaboración con el consistorio local.
En esta planta se trabaja con varias tecnologías para hacer el proceso. En concreto, se emplea una fracción orgánica de los residuos urbanos domésticos, que se mezcla con los lodos de depuradoras de aguas residuales.
Un paso que permite obtener productos intermedios como biogás, con alrededor de un 99% de pureza, y un digesto o fracción líquida-sólida para biofertilizantes sólidos y líquidos, además de para emplearlo en el grafeno verde o en recubrimientos de piezas mecánicas.
Son productos que elaborarán las empresas participantes en el proyecto, que cuenta también con otras instalaciones en Italia, en concreto en Sesto San Giovanni. En este caso, se trabaja con digesto húmedo, frente al seco de Zaragoza, para obtener biofertilizantes y bioplásticos que podrán utilizarse, por ejemplo, para bolsas biocompostables o para su empleo en invernaderos.
No obstante, el objetivo tras este proyecto, de tres años de duración y que ha registrado un ligero retraso por la covid y la guerra de Ucrania, es que ambas instalaciones puedan unirse –la ubicación no se concretado todavía-, en el futuro. Ahora ahora comienza un nuevo período de 2,5 años para su escala industrial y que los productos puedan llegar a mercado para reducir la dependencia de las industrias de los recursos no renovables.
El objetivo es conseguir el vertido cero, además de ser más eficientes para obtener productos con valor y con menos inversión, al estar en una misma instalación, dando valor a la basura, afirma Eduardo Fernández, director de Innovación de Urbaser, quien incide que otro de los fines es que este tipo de instalaciones puedan reproducirse en otros países.
Esta biorrefinería también ahonda en una economía más circular, que "es posible y replicable a otras ciudades", añade Fernando Abril-Martorell, CEO de Urbaser. "Aporta beneficios económicos y medioambientales a la región", afirma el directivo.
De hecho, según ha explicado la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, va a facilitar que todos los residuos del contenedor marrón y los lodos de la red de depuradoras municipales se traten, además de reducir los residuos en vertedero, que tienen un impuesto. Además, la ciudad avanzará en el reciclaje. Actualmente, Zaragoza recicla un 52%, porcentaje superior al 35% de otras ciudades, aunque el objetivo es llegar al 100%.
El proyecto Circular BioCarbon está financiado por Biobased Industries Joint Undertaking, bajo el programa de la Unión Europea Horizonte 2020.