
En los últimos años, el regadío se ha convertido en el eje central del campo extremeño y en una de las grandes apuestas de la Junta como fórmula para fomentar el desarrollo rural sostenible y dinamizar el territorio. Con 80.810 hectáreas de nuevo regadío, Extremadura se sitúa como la tercera región de España donde más ha aumentado la superficie regada en el periodo 2004- 2021, tal y como señala el estudio 'Regadío y Seguridad Alimentaria' editado por Cajamar.
El almendro es uno de los cultivos que ha experimentado una mayor transformación en el último lustro y actualmente más de la mitad de las casi 15.000 hectáreas dedicadas a esta variedad, tradicionalmente de secano, son de riego. La superficie de viñedo convertida a regadío también ha crecido casi un 20% desde 2008 y la proliferación que ha registrado el olivar superintensivo y en seto, especialmente en las Vegas del Guadiana, ha incrementado hasta el 23% las hectáreas en riego dedicadas a esta especie.
Este incremento ha sido fomentado en gran parte por el gobierno autonómico, que en los últimos años ha mostrado su firme apuesta por aumentar la superficie regable en la región diseñando grandes proyectos de transformación como los previstos para Tierra de Barros, Monterubio de la Serena, Villanueva del Fresno, Arroyo del Campo, Ambroz y Zona Centro.
Tierra de Barros contempla convertir más de 15.500 hectáreas para 1.200 regantes con un presupuesto cifrado en 250 millones de euros, unos datos que le posicionan como el plan de mayor envergadura, pero el proceso lleva años paralizado por falta de financiación. Para desbloquearlo, la consejería de Gestión Forestal acaba de presentar una nueva propuesta que plantea reducir la superficie total a 10.500 hectáreas, una idea que a día de hoy no cuenta con la aprobación de los potenciales usuarios.
Mientras tanto, la Junta continúa impulsando otros proyectos que permitan avanzar en el Plan Estratégico Regional de Regadíos elaborado por la comunidad para expandir la superficie de riego en la región durante el periodo 2020-2026.
Un sistema sostenible y automatizado
En los últimos meses el ejecutivo de María Guardiola ha intensificado los trabajos para avanzar en las obras del regadío de Monterrubio de la Serena, otro plan clave para el desarrollo agrícola de región al que el ejecutivo ha destinado 17,5 millones de euros para irrigar 1.200 hectáreas, principalmente de olivar. La ejecución de las obras supera el 65% y, según las previsiones, en las próximas semanas se podrán iniciar los primeros riegos en precario a 700 parcelas que forman parte de esta comunidad de regantes. Se espera que el sistema se encuentre a pleno rendimiento para dar soporte a los agricultores a comienzos de la próxima campaña.
El proyecto tiene como objetivo establecer riegos de apoyo de 1.250 metros cúbicos por hectárea y año principalmente al olivar de la zona a través de un sistema de riego por goteo sostenible y automatizado que captará agua del Arroyo de Benquerencia y el río Zújar entre noviembre y abril para bombearlo a las balsas de Hatillos y Cantador y enviarlo desde la conducción principal a las redes de distribución primaria y secundaria que abastecerán los hidrantes de riego que se extienden hasta las conducciones terciarias y, de ahí, a cada una de las parcelas que componen la zona regable.
Para alimentar las dos estaciones de bombeo -Zújar y Hatillos- se utilizará una planta fotovoltaica de 1200kW situada en las proximidades de la balsa Hatillos y un grupo electrógeno de respaldo que sólo será utilizado en casos extraordinarios.
Por el momento, la actuación más retrasada es la construcción de la balsa Cantador ya que los técnicos se han visto obligados a recalcular el diseño y la ejecución incluida en el proyecto inicial debido a las desfavorables características que presenta. La balsa Hatillos, que ocupa una superficie de 25 hectáreas y posee una capacidad de 1,8 hectómetros cúbicos, está terminada y se encuentra al 30% de su capacidad, habiéndose convertido en la segunda balsa impermeabilizada más grande de España.