
Hasta hace unas semanas varias de las mayores constructoras españolas estaban perfilando sus posibles ofertas para concurrir en la licitación del segundo tramo de la alta velocidad ferroviaria de Portugal; sin embargo, finalmente todas ellas han dado un paso a un lado y no han participado en la puja.
Repiten así lo acaecido el pasado verano, cuando ya se descolgaron del concurso del primer tramo (Oporto-Aveiro) con la única excepción de Sacyr, si bien la compañía española presentó una propuesta sin ninguna expectativa y que, de hecho, fue invalidada porque ni siquiera se tramitó correctamente.
Como ocurriera entonces, el mayor grupo constructor luso, Mota Engil, será el adjudicatario para construir y mantener el trazado entre Aveiro y Soure al haber presentado la única oferta.
Las constructoras españolas participaban en dos consorcios creados para el proyecto de alta velocidad ferroviaria de Portugal. De un lado, Acciona, FCC y Ferrovial habían unido fuerzas en una alianza y, del otro, Sacyr, a través de sus filiales lusas Somague y Neopul, había hecho lo propio con las portuguesas DST (Domingos da Silva Teixeira) y ACA (Alberto Couto Alves) Engenharia & Construção.
Las cifras económicas planteadas por Infraestructuras de Portugal (IP) han vuelto a ser insuficientes para las firmas españolas. El presupuesto base de licitación asciende para este segundo tramo a 1.604 millones de euros, con una inversión estimada total de 1.918 millones. El proyecto se instrumenta a través de una asociación de colaboración público-privada, con un contrato de concesión para la explotación y mantenimiento de 30 años.
El Gobierno portugués había fijado el pasado lunes, 6 de enero, como fecha para entregar las ofertas para el trazado entre Aveiro y Coimbra. Sólo concurrió el consorcio liderado por Mota-Engil y del que también forman parte las firmas locales Teixeira Duarte Casais, Conduril, Gabriel Couto, Alves Ribeiro y Lineas-Concessões de Transportes -ésta participada por el fondo de infraestructuras español Serena Industrial Partners-. El Ejecutivo luso tendrá que validar la adjudicación. Esta alianza ya se hizo con el primer tramo, entre Oporto y Aveiro.
El Gobierno de Portugal ha dividido en tres fases el desarrollo de la línea de alta velocidad entre Oporto y Lisboa, cuyo presupuesto total se eleva a 8.000 millones de euros. El objetivo final es extender la infraestructura hasta Vigo y conectar así Portugal con Galicia. Con una longitud de cerca de 300 kilómetros, permitirá enlazar las dos principales ciudades del país en una hora y 15 minutos.
La primera fase abarca las dos licitaciones mencionadas. La segunda contempla el contrato entre Soure y Carregado, cuyo concurso verá la luz en 2026 y su ejecución se extenderá de 2027 a 2032. Con ello se recortará el tiempo a una hora y 19 minutos. Por último, la tercera fase, entre Carregado y Lisboa propiciará que el viaje se limite a una hora y 15 minutos.