
La multinacional sueca Anticimex, especializada en control de plagas y sanidad ambiental, ha apostado por un rápido crecimiento en el mercado español mediante la compra de operadores locales. Sólo el año pasado la filial española del grupo cerró nueve adquisiciones y a ellas acaba de incorporar Plaserman Salud Pública, una empresa valenciana especializada en desinfección y plagas de animales.
La compañía que ahora pasa a formar parte del grupo sueco tiene su sede en Bétera y opera fundamentalmente en la provincia de Valencia, aunque ha iniciado la expansión de sus servicios a Castellón y Alicante. Plaserman trabaja para clientes privados, desde empresas a centros médicos, colegios y comunidades de vecinos, aunque también se ha adjudicado contratos de la Universidad de Valencia, ayuntamientos y la propia Generalitat Valenciana.
Además de los servicios para combatir desde insectos a ratones y aves también realiza estudios y trabajos de rehabilitaciones de estructuras dañadas. Entre ellos, la firma valenciana participó en los trabajos para asegurar y rehabilitar el Teatro Romano de Sagunto.
Con la operación, Plaserman ha pasado a tener como socio único a Anticimex 3D Sanidad Ambiental, la filial española del grupo con sede en Barcelona. Además su director general, Josep Valls, se ha convertido en el administrador único de la compañía valenciana. El grupo ya contaba con delegaciones en Paterna (Valencia) y Benidorm (Alicante).
Pulso de multinacionales
Precisamente la compra supone reforzar su actividad en la región frente al otro gran operador internacional presente en el mercado español, el grupo británico Rentokil. Una firma que se hizo dos años con uno de los principales actores regionales de este sector, la firma alicantina Lokímica.
En esta década Anticimex, ha realizado una veintena de compras en España, como las de las firmas Euskal Falcon en el País Vasco, especializada en la gestión sostenible de la población de aves en áreas urbanas; Montañesa de Desinfección en Cantabria, dedicada a tratamientos térmicos para combatir plagas de insectos; Control Natural de Plagas en Murcia, enfocada a urbanizaciones privadas, y Stop Plagues, situada en Girona y especializada en la industria alimentaria.
Con más de una veintena de oficinas y cerca de 900 trabajadores, el negocio del grupo de control de plagas ronda los 50 millones de euros. La multinacional está presente en 21 países y el año pasado superó los 1.300 millones de euros de ingresos con 11.000 trabajadores.