
La propuesta de un nuevo modelo de gobernanza para los aeropuertos catalanes, incluida en el acuerdo de investidura firmado entre PSC y ERC, ha provocado un descalabro bursátil para Aena. Pese a los buenos resultados cosechados en el primer semestre del año, la gestora aeroportuaria cerró la sesión bursátil de este miércoles con una caída de sus títulos superior al 6%, siendo el valor más castigado del Ibex 35.
El documento suscrito entre socialistas y republicanos introduce un llamado Consejo Rector Aeroportuario de Cataluña (CRAC) en sustitución del actual comité de coordinación aeroportuaria (CCA). Fuentes del sector recuerdan que hasta ahora este último órgano ha tenido una labor meramente informativa.
Aún desconociendo cuáles serán las funciones del CRAC y si verdaderamente tendrá capacidad ejecutiva, la introducción de este organismo entronca con una de las mayores reivindicaciones del nacionalismo en el ámbito de las infraestructuras: la gestión directa o, al menos, la cogestión del aeropuerto de El Prat, el mayor aeródromo catalán y el segundo en volumen de tráfico de la red de Aena. El secesionismo siempre ha querido tener voz en la gestión de la instalación aérea, como ya tiene en el Puerto de Barcelona.
Textualmente, el acuerdo especifica que "esta modificación permite al Govern de la Generalitat de Cataluña acordar con el Gobierno del Estado tener un papel determinante en la definición, articulación y gestión del nuevo sistema aeroportuario catalán, y que las funciones, composición y medios de este nuevo organismo permitan materializar esta voluntad".
Por de pronto, el consejo de administración de Aena se ha puesto en alerta y ha manifestado que realizará un "seguimiento pormenorizado" de las futuras decisiones que se deriven del pacto. Su consejero delegado, Maurici Lucena, declaró ayer que la compañía "defenderá sus intereses". "Analizaremos en detalle [el texto del acuerdo] con todos nuestros recursos y también contrataremos a los mejores expertos legales porque es nuestro trabajo. Es todo lo que puedo decir por ahora", sostuvo en la rueda de prensa con analistas tras la presentación de resultados.
Sin mención de la ZEPA
Por otro lado, el documento pasa por alto las propuestas para ensanchar la tercera pista de la instalación, la alternativa más viable para dimensionar la infraestructura y captar así más vuelos intercontinentales. De hecho, el texto no incluye ninguna solución técnica. Simplemente subraya que el sistema aeroportuario catalán merece una "modernización" para fomentar un "mayor equilibrio territorial".
Como opina Lluís Sala, vicepresidente de la Asociación de Ingenieros Aeronaúticos en Cataluña, el acuerdo "no aporta novedades" sobre las discusiones mantenidas en los últimos años. Además, el experto reprocha que no se haya consultado a técnicos independientes --la comisión técnica que arrancó en enero solo incluye miembros del Gobierno y el Govern-- para consensuar una propuesta que concilie el respeto al medio ambiente con el desarrollo de un hub intercontinental.
Una indefinición que podría hacer peligrar la inversión para El Prat en el futuro DORA III, el plan inversor que prepara Aena para el periodo 2027-2031.
Pero sí se observa un punto preocupante si se lee el escrito con detenimiento. Los firmantes no mencionan el crecimiento de la zona protegida (ZEPA) que rodea el aeropuerto y que recientemente el Govern en funciones de ERC ha agrandado hasta casi duplicar su tamaño. En ningún momento se aclara si esta actuación se mantendrá en el tiempo. La medida del Ejecutivo autonómico mereció la semana pasada el rechazo frontal de la patronal Foment del Treball ya que podría bloquear cualquier ampliación de El Prat.
Contra los vuelos cortos
Por otro lado, el documento enfatiza la "excesiva especialización del aeropuerto de Barcelona-El Prat en vuelos cortos punto a punto" y propone conexiones de largo radio que "solucionen los problemas de capacidad en horas punta". De esta forma se pretende distribuir el tráfico a lo largo del año y, de paso, favorecer la transición energética. De nuevo, no se aportan detalles.
En este punto, el presidente de ALA, Javier Gándara, recuerda que "no se puede forzar a una aerolínea a que ceda slots". "El aeropuerto de El Prat tiene una cuota muy importante de vuelos cortos pero la solución no es expulsar a compañías para obligarlas a ir hasta Girona o Reus", señala.