Valencia
Un proyecto en el que participa Facsa junto a a la Fundación IMDEA Agua y que lidera Eurofins Iproma ha permitido establecer una metodología para identificar y cuantificar micronanoplásticos y abordar su eliminación en tratamientos de depuración de aguas.
Para lograr estos resultados, ha sido fundamental la colaboración de ESAMUR y de la Diputación de Castellón, que también han colaborado en este proyecto, bautizado como µNANOCARE.
Según explica la compañía, gracias a la investigación se ha ampliado el conocimiento sobre el destino y la carga ambiental de los micronanoplásticos en ecosistemas agrícolas donde se aplican lodos y se utilizan aguas regeneradas, abordando la exposición y el riesgo potencial asociado a estos plásticos para los organismos acuáticos, terrestres y la salud humana.
Estos estudios de investigación representan un paso previo fundamental para proponer soluciones optimizadoras, sostenibles, innovadoras y eficientes para los tratamientos de depuración actuales, mejorando la calidad de las aguas y lodos tratados y permitiendo su reutilización segura.
Cooperación tecnológica
El proyecto ha tenido una duración de 48 meses y un presupuesto total de 846.235 euros, según explican fuentes de Facas. La acción forma parte del Programa Estatal de I+D+i Orientado a los Retos de la Sociedad, instrumento financiero del Ministerio de Ciencia e Innovación y la Agencia Estatal de Investigación dedicado al apoyo a proyectos de desarrollo experimental en cooperación entre empresas y organismos de investigación, con el fin de promover el desarrollo de nuevas tecnologías.
Facsa gestiona más de 250 estaciones depuradoras en toda España que dan servicio a una población equivalente de 2.350.000 habitantes y suministra agua potable cada día a más de 2.500.000 personas de más de 300 poblaciones. La empresa ha logró un crecimiento del 19,1% en su cifra de negocio el año pasado, con 176,3 millones de euros y un beneficio de 8,9 millones de euros.