
Ryanair y sus aerolíneas asociadas cerraron el tercer trimestre fiscal con un beneficio neto de 15 millones de euros, cifra un 93% inferior a la del mismo período del año pasado, cuando ganó 211 millones de euros. Estas cifras, sumadas a unas peores previsiones de ocupación y mayores costes del combustible han invitado al grupo aéreo a revisar a la baja su previsión de ganancias para el año fiscal 2024, con unos beneficios que oscilarán entre los 1.850 y 1.950 millones de euros, frente a los 2.050 millones estimados como máximo en la anterior predicción.
El holding aéreo explica que este menor beneficio acumulado entre octubre y diciembre de 2023 obedece a un mayor coste del combustible, que compensó las ganancias de los ingresos. También a "rendimientos menores a lo esperado en las fechas cercanas a Navidad y Año Nuevo", después de que el grupo decidiera bajar sus precios para invitar a sus clientes a comprar en su página web y no en agencias de viajes online (OTAs), en el marco de la guerra que mantiene con estos portales que, a su juicio, aplican sobreprecios que perjudican a sus clientes.
Así fue el tercer trimestre
Entre octubre y diciembre, Ryanair ingresó 2.700 millones de euros, un 26% más que el año anterior, impulsado por el aumento de tráfico y la subida de la tarifa media, que creció un 13% y se situó en 42 euros. En concreto, los ingresos por operación de vuelos se situaron en 1.750 millones de euros, un 21%; mientras que el negocio de servicios auxiliares aumentó un 10% hasta 950 millones de euros.
Estos ingresos fueron compensados casi en su totalidad con los gastos operativos, que también crecieron un 26% hasta 2.700 millones de euros. El mayor lastre del tercer trimestre ha sido el sustancial aumento de la factura de combustible, que creció un 35% hasta 1.200 millones de euros, según informa Ryanair.
Para tratar de paliar esta situación, la compañía ha ampliado la cobertura del queroseno hasta un 65% del total del año fiscal 2025, que empieza en abril, cerrando un precio de 79 dólares por barril, algo que permitirá ahorrar 450 millones de euros. También por los mayores costes de personal, debido al restablecimiento de salarios y aumentos a tripulación e ingenieros.
Perspectivas poco prometedoras
Las perspectivas para el cuarto trimestre tampoco son muy prometedoras. La compañía asume que es, "tradicionalmente, el más débil", y también se verá afectado por la cancelación desde el pasado 1 de enero de los créditos gratuitos del Régimen de comercio de derechos de emisión.
Pese a esta situación, el beneficio acumulado por Ryanair en los primeros nueve meses de su año fiscal (que acaba en marzo) asciende a 2.190 millones de euros, un 39% más que el precedente, cuando ganó 1.580 millones. Culpa de esto lo tienen el aumento del tráfico, que creció un 7% hasta 41,4 millones; y el mayor beneficio por pasajero después de subir la tarifa promedio un 13%.
La aerolínea espera alcanzar los 183,5 millones de pasajeros a cierre de su año fiscal 2024 (que culmina en marzo), lo que supondría crecer un 9% respecto al prececente. Lo hará pese a rebajar sus niveles de ocupación en el tercer trimestre, debido a los retrasos en las entregas de aviones por parte de Boeing y al aumento de costes laborales por aumento de salarios de sus pilotos en varios países.
El CEO de Ryanair, Michael O'Leary, destaca los avances en sostenibilidad del grupo después de que en diciembre, la evaluadora MSCI mejorase la clasificación ESG del grupo de 'BBB' a 'A': "Ryanair es líder en la industria y seguimos clasificados como la aerolínea número uno de Europa en ESG según Sustainalytics. Nuestra nueva tecnología aeronáutica y el uso cada vez mayor de SAF han posicionado a Ryanair como una de las principales aerolíneas ambientalmente más eficientes de la UE", señala en un comunicado emitido por la empresa.
Nueva directiva
El grupo aéreo incorporará a la italiana Roberta Neri como nueva directora no ejecutiva de Ryanair Holdings, procedente del proveedor italiano de servicios de navegación aérea Enav, donde fue directora ejecutiva. También a partir del 1 de abril entrará en vigor el nombramiento de Róisín Brennan como director independiente senior (SID) tras cinco años en el consejo de Ryanair. Sustituirá a Louise Phelan, que junto al consejero Michael Cawley saldrán del consejo de administración en septiembre, tras confirmar que no desean buscar la reelección en la Asamblea General Anual.