Industria

ArcelorMittal suspende el plan para producir acero verde en Gijón

Planta de ArcelorMittal en Gijón. EFE
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A pesar de tener preconcedida una ayuda de 450 millones de euros por parte del Ministerio de Industria en España y otros planes de incentivos en países como Alemania y Francia, ArcelorMittal anunció este martes que paraliza sus inversiones en Europa para producir acero a base de hidrógeno verde. La compañía no renuncia de manera definitiva a sus planes, pero sí quiere esperar a las decisiones que se tomen desde la Unión Europea en 2025 para decidirse. Así, el freno impacta de lleno en la descarbonización de la acería que el grupo tiene en Gijón y que lucía en 2022 como la fábrica más contaminante de España, según la herramienta estadounidense Climate Trace.

La cotizada con sede en Luxemburgo explicó en una nota que la decisión de dejar en suspenso los planes de inversión para instalaciones directas de mineral de hierro (DRI) basadas en el hidrógeno verde se debía a que "las políticas europeas, el entorno energético y de mercado no han evolucionado en una dirección favorable".

Antes de tomar una decisión definitiva, ArcelorMittal dice que quiere "tener una visibilidad completa del entorno político que garantizará que la producción de acero de mayor coste pueda ser competitiva en Europa sin un precio global del carbono".

Por ello, esperará a que en 2025 se revise el CBAM -el mecanismo por el que se ajustan los costes de los productos extracomunitarios que emitan CO2 al entrar en Europa". Además, augura una revisión anticipada de las salvaguardas del acero y la publicación del Plan de Acción para el Acero y los Metales. "Cuando se completen, estas iniciativas proporcionarán los parámetros necesarios para dar forma a la justificación comercial de las inversiones en descarbonización en Europa", zanja.

Y es que ArcelorMittal sufre un entorno macroeconómico de precios bajos en el sector, inundado de producción procedente de Asia. Con los costes del hidrógeno verde todavía lejos de la rentabilidad y la escasa demanda, tanto a nivel general como de producto sostenible en particular, la compañía ha virado sus planes originales anunciados en la salida de la pandemia. Se trata de un camino que también han emprendido otra siderúrgicas continentales como Thyssenkrupp, que recortará 11.000 empleos hasta 2030, Celsa o H2 Green Steel.

Con todo, la compañía no renuncia a los planes de reducir su huella de carbono. El foco se pone ahora en las acerías eléctricas, como la existente en Sestao (Vizcaya) y la que se construye también en Gijón. De hecho, el grupo pone ambas instalaciones como ejemplo, pues asume que el acero producido en hornos altos cada vez tiene menos recorrido.

En mayo arrancó con la construcción del horno eléctrico de 1,1 millones de toneladas en Gijón mientras que aspira a incrementar su producción a 1,6 millones toneladas en 2026 en el centro de productos planos de Sestao.

Las reacciones a la decisión de ArcelorMittal

Pese a mantener parte de las inversiones, las reacciones de las administraciones no se hicieron esperar. El Ministerio de Industria aseguró que la nueva planta de DRI saldrá adelante "con ArcelorMittal o con un tercero", según declaraciones recogidas por El Comercio. El Gobierno autonómico añadió que las ayudas para la empresa no desaparecen, pero están "en suspenso" y quedarán encima de la mesa "para cuando se despejen las incógnitas".

Lo cierto es que la siderúrgica tiene aprobada la ayuda de 450 millones vinculada al Perte de descarbonización desde abril de 2023. La subvención iba de la mano de una inversión de 1.000 millones, pero el Ejecutivo y la empresa negocian desde entonces como hacerla viable con los precios energéticos actuales y las dificultades de rentabilizar, de momento, una apuesta por el hidrógeno verde.

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