Industria

La industria cerámica sigue pagando la crisis del gas con 400 millones extra en su factura

Azulejos almacenados en una empresa de Castellón.
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Los efectos de la guerra de Ucrania y la crisis en los precios del gas no han terminado aún para la industria cerámica de Castellón, el mayor productor europeo por volumen. Según un informe de Deloitte, la industria arrastra los sobrecostes pese a la caída del precio del gas en los principales índices. Una factura adicional que cifra en 400 millones de euros en 2023.

"La industria cerámica sigue pagando el gas a precios superiores al mercado", aseguró Gerardo Yagüe, socio director de Deloitte en Comunidad Valenciana y Región de Murcia. Según la consultora, esta situación se debe a los contratos firmados en 2022 en que la crisis internacional disparó los precios en apenas unas semanas de entre 15 y 20 euros por MW/h a más de 300 euros el MW/h.

Un impacto tremendo para las azulejeras, que dependen de esa energía para encender sus hornos. Para mantener la actividad las empresas tuvieron que recurrir a contratos por varios años, con lo que buscaban dar estabilidad a esos fuertes costes. Unos compromisos que tras la fuerte rebaja de los precios de mercado en el último año sin embargo siguen atando a la industria y generando unos sobrecostes de 403 millones de euros el año pasado, según recoge el informe Situación y perspectivas del sector cerámico elaborado por la consultora.

Un lastre que según explican los responsables de la firma se mantiene este año, aunque la finalización de esos contratos permitiría estabilizar la rentabilidad. Precisamente el gas siguió siendo uno de los elementos que más perjudica los márgenes de las azulejeras.

Así, pese a la caída de ventas, producción y empleo, el sector en su conjunto mejoró el beneficio bruto de explotación (ebitda) un 5% respecto a 2022, con 665 millones de euros. Para ello ha sido fundamental, que pese a la caída de la producción y de las ventas en volumen del 18%, o precisamente por ella, al eliminar producto de menos valor añadido, el sector español ha logrado incrementar precios un 14% el año pasado.

"La crisis ha obligado al sector español a subir precios y las empresas se han encontrado con que se sigue comprando producto español a más valor", según Yagüe, que consideró que otros competidores internacionales como Italia o India no han reflejado igual esa subida. Así, si se compara la rentabilidad por cada metros producido, el año pasado se disparó un 28% el ebitda por metro cuadrado. Una rentabilidad que también se ha producido por el parón e incluso cierres de algunas plantas.

Previsiones optimistas

Las previsiones del sector para este año son llevar el incremento del ebitda hasta el 13,9% por la mejora tanto de los costes como de la demanda. "Nuestras previsiones apuntan a que en 2024 se consolidará este crecimiento que irá acompañado de la recuperación de la demanda y que impulsará las principales métricas como los volúmenes de producción y la rentabilidad de la industria", según Javier Arribas, socio de Financial Advisory de Deloitte.

Con todo, desde Deloitte dan por hecho que una parte de la producción que se ha perdido estos años no se recuperará, como la de pasta roja o la del producto más económico para mercados como los de Oriente Medio donde ese producto será sustituido por fabricantes de la zona, India o Asia de bajos precios.

Según los socios de Deloitte, la rentabilidad lograda no quiere decir que el sector no haya pasado por "unas dificultades financieras enormes" en los últimos años. "El incremento del precio del gas se tardó en cobrar a los clientes 8 meses, eso significa que el sector tuvo que financiar por sus propios medio entre 500 y 1.000 millones durante ese plazo", explicó Yagüe al ser preguntado sobre la reclamación de los empresarios de ayudas directas. De hecho, la deuda del sector también ha aumentado, del 2,5 del Ebitda en 2021 al 3,5 el año pasado aunque se considera un nivel perfectamente asumible en el informe

Precisamente ese efecto temporal por el que aún están haciendo frente a la subida de costes energéticos y de materias primas y transporte (la mayoría de la arcilla blanca procedía de Ucrania) hace que la rentabilidad aún "no tenga reflejo en la caja" de muchas de estas empresas.

Precisamente desde Deloitte consideran que las empresas que tendrán un futuro más incierto son aquellas que siguen sin decantarse por una estrategia de gran volumen para lograr sinergias de escala o las que apuestan por producir sólo gama premium o centrarse en un nicho diferenciado.

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