
La empresa Biogründl, especialista en ingredientes a medida para la industria cosmética, ha abierto nueva sede en Gavà (Barcelona) en la que ha invertido 4,5 millones de euros y con la que prevé crecer en volumen de producción y exportaciones, según han explicado a elEconomista.es su consejera delegada y fundadora, Ruth Margalef.
Las nuevas instalaciones, de 3.000 metros cuadrados, incluyen zona de producción y laboratorios de calidad e I+D+i, a los que se añadirán también energía fotovoltaica y dos cubiertas verdes, una de ellas provista de invernaderos fotovoltaicos destinados a la investigación.
Biogründl nació en 2002, pero su fábrica de Sant Vicenç dels Horts (Barcelona) para elaborar materias activas para las industrias de la cosmetología y la dermofarmacia se habían quedado pequeñas.
Con una producción de más de 150 toneladas de producto en 2022, el objetivo es crecer un 20% en los próximos dos años gracias a la nueva planta de Gavà, y también ampliar mercados, aunque la compañía ya vende sus ingredientes en más de 50 países de los cinco continentes, y en España tiene como clientes a "casi todas" las compañías del sector, desde pymes a multinacionales, señala Margalef.
Sostenibilidad
Biogründl se posiciona como proveedor de "química verde" a partir de ingredientes naturales, y con el foco puesto en la sostenibilidad y la economía circular, además de en la personalización: "Fabricamos los productos a medida bajo pedido, y de una misma planta podemos ofrecer hasta 2.000 opciones", que van desde la procedencia de agricultura tradicional o ecológica al tipo de conservantes y disolventes, ejemplifica la directiva.
La compañía compró en 2012 tierras en Tarragona para responder a la demanda de activos para la industria cosmética obtenidos a partir de vegetales ecológicos. Allí cuenta con un edificio para investigación y eventos, además de jardines con más de 300 especies adaptadas al clima mediterráneo y campos de olivos, y está analizando cómo utilizar células madre vegetales para desarrollar más productos sin necesidad de más espacios de cultivo.
Asimismo, Biogründl trabaja en el aprovechamiento como materia prima de materiales que son desperdicios para otras industrias, pero de los que se pueden conseguir extractos y esencias, como recortes de corcho (fuente de polifenoles), pieles de frutas y otros vegetales, fermentos de cerveza, posos de café, restos de las industrias aceitera, vinícola o láctea, y deshechos de jardinería, entre otros.
Por su especialización como proveedor de activos bajo demanda, la facturación no permite grandes cifras, con unos ingresos de tres millones de euros en 2022, pero Margalef avanza que ya trabajan para desarrollar una línea de producto propio que verá la luz "en unos dos años" y que les aportaría escalabilidad.