Industria

Celsa ofrece un nuevo crédito de 125 millones a los fondos para desbloquear el rescate

  • Los Rubiralta se mueven a contrarreloj para llegar al Consejo de Ministros del 28 de junio
  • Los acreedores quieren que el préstamo sea de 550 millones al 10% de interés
Francesc Rubiralta, consejero delegado de Celsa. EE
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A pesar de la guerra de comunicados de los últimos días, Celsa y sus acreedores acercaron posturas desde la semana pasada. Aunque lentamente, las negociaciones avanzan. El conflicto entre la siderúrgica y los tenedores de la deuda para desbloquear el rescate de la Sepi pasa por la concesión de un nuevo préstamo que los fondos quieren que sea de 550 millones de euros. En su última oferta, la familia Rubiralta aceptó la creación de un nuevo instrumento, pero por valor de 125 millones de euros.

La compañía y los acreedores, representados por Houlihan Lokey, estuvieron en contacto durante todo el fin de semana. Aunque las posturas no variaron en exceso respecto al viernes, los inversores internacionales sí consiguieron que Celsa aceptase la firma de un nuevo préstamo, complementario a los 550 millones que le otorgará el Estado, con los acreedores.

Ahora, empresa y fondos deben pactar las condiciones del nuevo instrumento. Y las posiciones son lejanas. El pool que lideran Deutsche Bank, Goldman Sachs, SVP y Cross Ocean pretende firmar un crédito de 550 millones de euros con un interés del 10% a siete años a cambio de aceptar la quita exigida por el Estado. La cifra inicial que pusieron sobre la mesa era de 900 millones.

Además, pretenden que sea un holding constituido en Luxemburgo el que firme la operación, que así no computaría en los balances de Celsa. Las condiciones no satisfacen a la organización que dirige Francesc Rubiralta. "Se trata de una falsa quita ya que al final del periodo la cifra es idéntica a la de ahora, con el agravante que el contrato de deuda se sacaría fuera de España", denunciaron.

Los fondos ya percibirán 400 de los 550 millones del préstamo de la Sepi a Celsa

Tras negarse a formular ninguna operación similar, la compañía también rebajó su postura de máximos durante la negociación. Según explican fuentes cercanas a las negociaciones, la siderúrgica estaría dispuesta a formular un nuevo préstamo por un valor máximo de 125 millones y a un interés que oscilaría entre el 2,5% y el 9% durante su vigencia.

La cifra se sumaría a los 400 millones de la ayuda estatal que se destinarán directamente a la deuda y a los pagos ordinaria que la compañía pactó en la hoja de ruta con la Sepi. La oferta eso sí tampoco fue aceptada por los acreedores, que aspiran a maximizar el rendimiento de la deuda que poseen.

Más allá del nuevo instrumento de crédito, las posturas parecen más cercanas en el resto de vertientes de la negociación: los fondos no entrarán en el capital de la compañía, pero percibirán un pago a partir de 2030 que todavía está por definir. Los inversores pretenden quedarse con el 49% del incremento de la valoración de la empresa, una cifra que se definiría de aquí a siete años una vez se vea la mejora del negocio de la organización. Los Rubiralta en cambio ofrecen un pago de hasta 400 millones, supeditado a la consecución de variables.

Los Rubiralta se agarran al ejemplo de Duro Felguera

Aunque desde la organización insisten en que hay tiempo para aprobar el rescate hasta el Consejo de Ministros del 28 de junio, lo cierto es que los plazos se agotan y ya existen dudas de si será posible cerrar los términos del acuerdo para final de mes.

Por ello, la Sepi urge a un pacto en los próximos días con la amenaza de retirar la inyección de fondos públicos. De acercar posturas, el pacto deberá todavía ser aprobado por la Comisión Europea.

Sin embargo, existe también la posibilidad de un rescate similar al que firmó Duro Felguera el año pasado. El grupo industrial logró una ayuda de 120 millones de euros, aunque se prorrogó la concesión del dinero hasta que se cumplieran las condiciones que exigía el Estado y que en ese momento no existían. Firmar los préstamos y supeditarlos al acuerdo definitivo con los acreedores es una opción a la que se agarran desde Celsa.

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