Industria

Celsa y los fondos chocan por el crédito en Luxemburgo que piden los acreedores

  • Los tenedores de la deuda exigen firmar un nuevo instrumento de deuda de 550 millones al 10% anual para aceptar el rescate
  • Tanto fondos como empresa están de acuerdo en pagar a los acreedores un 'extra' una vez se devuelva el dinero de la Sepi, pero falta definir la cantidad y la manera
Imagen de una protesta contra los fondos acreedores de Celsa en Santander. EFE
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En una jornada marcada por las protestas de la plantilla de Celsa contra los acreedores, los fondos de inversión que ostentan la deuda de la siderúrgica lanzaron una nueva propuesta para desbloquear el rescate de la Sepi: piden una bonificación añadida una vez se devuelva la ayuda pública y la firma de un crédito de 550 millones al 10% de interés en Luxemburgo. El préstamo es ahora el principal escollo entre las partes para dar luz verde al dinero estatal.

El pool que lideran Goldman Sachs, Deutsche Bank, SVP y Cross Ocean presentó una nueva propuesta a la negociación. Aceptó parte de los términos fijados por la Sepi y el gran avance realizado fue rebajar la cuantía del instrumento de deuda luxemburgués de 900 millones a 550 millones. El interés eso sí se mantiene al 10%.

Los acreedores pidieron que se pague parte de la deuda actual una vez se devuelvan los 550 millones al Estado en 2030. "La propuesta implica una condonación de 630 millones", defendieron entre críticas a la "nefasta gestión financiera de la familia Rubiralta", el accionista único de la organización.

Además, los fondos ya renunciaron de manera oficial a entrar en el capital de la siderúrgica. En un primer momento habían reclamado el 49% del capital de la siderúrgica además de recibir 400 millones de la ayuda pública -el único punto de la negociación en el que ambas partes están de acuerdo-.

Sin embargo, la proposición no contentó a Celsa. "Se trata de una falsa quita ya que al final del periodo la cifra es idéntica a la de ahora, con el agravante que el contrato de deuda se sacaría fuera de España", denunciaron fuentes cercanas a la empresa.

A pesar de la guerra de comunicados y el tono beligerante de ambas partes, las posiciones se acercaron durante las últimas semanas. Parece que empresa y acreedores están de acuerdo tanto en la cantidad que los tenedores de la deuda percibirán del rescate (400 millones) y en que los fondos deben obtener un dinero 'extra' una vez se repague el préstamo estatal.

Los Rubiralta y los fondos están de acuerdo en afrontar un pago 'extra' una vez se haya devuelto el rescate; falta acordar la manera

No se acordó la fórmula de la bonificación final. La familia Rubiralta ofreció hasta 400 millones de euros, sujetos al cumplimiento de ciertos niveles de Ebitda. Los inversores, representados por Houlihan Lokey, demandan el 49% del rendimiento de la empresa hasta recuperar el valor nominal de la deuda.

Donde no hay visos de acercamiento es en el préstamo en Luxemburgo ofrecido por los acreedores y que no computaría como deuda para la siderúrgica al estar firmado por un holding radicado en el Gran Ducado. De los 900 millones iniciales se pasaron en un primer momento a 735 millones y ahora a 550 millones.

En cambio, la organización con sede en Castellbisbal (Barcelona) solo está dispuesta a poner 662 millones que se desembolsarán en siete años, hasta que termine el periodo del préstamo público, sin intereses.

La Sepi urge a Celsa y los fondos

Aunque desde la organización insisten en que hay tiempo para aprobar el rescate hasta el Consejo de Ministros del 28 de junio, lo cierto es que los plazos se agotan y ya existen dudas de si será posible cerrar los términos del acuerdo para final de mes.

Por ello, la Sepi urge a un pacto en los próximos días con la amenaza de retirar la inyección de fondos públicos. De acercar posturas, el pacto deberá todavía ser aprobado por la Comisión Europea.

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